Columna


Ricardo Lagos

DARÍO MORÓN DÍAZ

15 de septiembre de 2013 12:02 AM

Ricardo Lagos representa en Chile un estilo político que es pertinente resaltar por su compromiso con los principios democráticos, cualidades que se pusieron de relieve durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, el autócrata que violó los derechos humanos en ese país.

Lagos hizo parte de la “Alianza democrática”, organización política que permitió revivir el fervor democrático. Y precisamente esa pasión lo llevó a impulsar el “Partido por la Democracia”, con el cual planificó la lucha que finalmente ocasionó la derrota del dictador en el plebiscito de 1988.
No fue fácil para Lagos convencer a los chilenos atemorizados por los tanques y los fusiles de los soldados que salían en cualquier momento a las calles, mientras que él pedía que volvieran a usar su voto y presencia en las urnas.

Superó innumerables escollos derivados de esa aprehensión que invade a los ciudadanos, ante el poder avasallante de los regímenes autoritarios. Ese era el estado de ánimo de los chilenos en la época de la dictadura, no se atrevían a expresarse libremente por temor al castigo y torturas de los esbirros del régimen.

Sin embargo, Ricardo Lagos logró con propuestas audaces ir venciendo el temor de los chilenos; para él lo fundamental era que los ciudadanos se inscribieran y votaran en el plebiscito. Lagos en su libro: “Así lo vivimos”, describe el difícil proceso que emprendieron a fin de recuperar la democracia en su país. Pormenorizadamente relata los eventos de alto riesgo mediante los cuales lograron concientizar a los chilenos a que volvieran a las urnas, única vía posible para mantener la democracia.

El régimen dictatorial mantenía un control sobre los medios, la televisión y la radio, que estaban vetadas para los ciudadanos y servían solamente a la propaganda oficial.

Vale la pena relatar un episodio destacable durante esa batalla que en gracia a la brevedad la sintetizamos: a pesar de la férrea censura, una emisora de televisión trasmitía, en cadena nacional en vivo, un programa en el cual los ciudadanos expresaban su opinión durante 50 segundos. Lagos fue invitado por una periodista a participar en el programa. Él estaba convencido de que Pinochet veía el programa y quería aprovechar para poder dejar en evidencia al dictador que en 1980 dijo: “que no se presentaría nuevamente a las elecciones”.

Lagos en la breve entrevista, sabía que Pinochet estaba frente a su televisor, extendió su brazo y apuntándole con el dedo índice: le dijo: “que sus ambiciones de poder sobrepasaban las de cualquier otro líder chileno”.

El programa suspendió inmediatamente su transmisión.
 
*Exdirector de El Universal. Académico de Medicina e Historia.
 
dmorond@gmail.com

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