Columna


¡Sabroso!

GUSTAVO MONTES FERNÁNDEZ

03 de marzo de 2015 12:01 AM

La diputada panameña Zulay Rodríguez se ensaña contra los colombianos, logrando salir en la prensa, camuflando su falta de ideas para aportar a su nación.

Confieso que cuando vi la foto de la diputada se me vino a la mente la imagen de una mujer prepago, costosa y con poco contenido neuronal, siendo merecedora de respeto toda mujer independiente de su condición, cualquiera que sea. Igual parecerse a alguien es válido, sin ser sinónimo de serlo.

Rodríguez es acusada a cada instante por incitar a la violencia, como lo denunció en una oportunidad la señora Lilia de Guerra, del partido Cambio Democrático, de Panamá.

El atropello de Zulay es común en su actuar y puede tener su indicador de patología mental, auspiciado por un ambiente hostil, que al parecer ella propicia.

El culebrón de esta diputada incluye incluso amenazas de muerte, acusaciones realizadas por el expresidente Martinelli, que según reseñan los medios provinieron de esta conflictiva mujer, que hoy quiere atropellar a todo el pueblo colombiano.

Zulay Rodríguez ataca todo, como lo hizo con el expresidente panameño Martinelli, pero al momento de Zulay dar explicaciones sobre asuntos delicados que la enredan, como lo denunciado por la prensa panameña respecto a explicar el supuesto vínculo de ella con el narcotráfico, no dice nada, sino que se despacha en insultos.

Zulay según los medios panameños (diario Panamá América) jamás explicó sus posibles lazos con el supuesto narcotraficante mexicano Juan Juárez Orozco, alias “el abuelo”, integrante del cartel de Sinaloa. En esto nada tenemos que ver los colombianos, diputada Zulay. Eso sí que es una escoria y lo que afirman serios medios de Panamá es que ella es de estas andanzas… ¿Algo que agregar? No se altere diputada, reclámeles a los de su país, que fueron los que investigaron a sus “amigotes”.

Zulay manifiesta que hace sus cosas a “puño y patá”; si eso fue lo que vio en su hogar, entonces que lo replique en su escenario, porque si le agrega el roce con el narcotráfico de que la acusan sus coterráneos, seguro es un peligro para la sociedad.

Cualquier tipo de violencia contra la mujer la rechazamos, pero sí es oportuno enterarse, ¿por qué Zulay fue golpeada en el Parlamento, donde se vieron involucrados el diputado Crispiano Adames y Benicio Robinson? Aclaro que ninguno de los que le dieron la golpiza a Rodríguez-rechazable- son colombianos.

A la histriónica Zulay, cual novela llorona, se le quebrajó la voz, lloró y pataleó porque los –esos sí cuerdos diputados panameños- le devolvieron un anteproyecto "Crisol de razas" del gobierno de Martinelli que permitió la legalización de extranjeros por un tiempo definido.”

Respete diputada, la culpa de sus desequilibrios no tenemos por qué pagarla sus vecinos, que enhorabuena le abrimos la puerta a todos los hermanos panameños, pero a usted la declaramos persona no grata en nuestro territorio.
Las excusitas de que “yo no dije que los colombianos eran una escoria” guárdeselas para su corrillo. Atropello y “pido perdón” así, ¡sabroso! ¡Respete!.

Coletilla: el alcalde de Cartagena Dionisio “el hermoso”, con sus fotos colgadas, evoca lo que hacía en una estación de gasolina: exhibir su revólver, porque es el chacho. ¿Recuerda alcalde? Está equivocado alcalde.
Coletilla: Hospital Universitario de Sincelejo, nido de corrupción sin dolientes. ¿Dónde están las autoridades?.

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