El municipio es institución del municipalismo español, que según Enrique Orduña Rebollo, es consecuencia del municipio Romano de los siglos I a V, tomado de la ciudad Estado griega, impuesta por los efectos del imperio.
Los españoles en Colombia crearon una institucionalidad basaba en la colonización, que generó una economía racializada, que recibió en la lucha cimarrona respuestas al horror esclavizador. Los invasores de América, transportaron por Cartagena, más de 12.4 millones de africanos, de los cuales 1.8 millones fueron arrojados al mar para que fueran devorados por los tiburones que seguían los barcos negreros, por estar enfermos y no servir para los propósitos de la salvaje explotación.
En Colombia, municipios y distritos corresponden al segundo nivel de división administrativa, que de acuerdo a la Constitución y a la ley, es la entidad territorial fundamental de la división política del Estado, con autonomía política, fiscal y administrativa, limitada, por la estructura centralista y presidencialista del Estado Colombiano.
El municipio actual, hereda la exclusión en todas sus formas, al igual que la Nación, que no reconoce la Afroreparación, pese a que millones de nuestros hermanos fueron injustamente hechos prisioneros, como tampoco reconoce, la identidad cultural, el derecho al territorio y al desarrollo integral, de las comunidades negras, raizales y palanqueras.
En el municipio colombiano los derechos fundamentales de los afrodescendientes son invisibilizados, inaplicados, pese a su consagración constitucional y al conjunto de tratados y convenios internacionales que lo reconocen, como tampoco ha contemplado, el derecho fundamental al territorio y la autonomía cultural, casi destruida por la barbaridad del colonizador.
Este, no es el municipio que proponemos para los palenques colombianos, sino aquel, que a título de Afroreparación, reconozca el derecho fundamental al territorio al desarrollo de las comunidades afros, en el marco de la “reconocimiento de la diversidad étnica y cultural de la nación,” bajo los protocolos de la africanía.
Colombia es un gran palenque, la evidencia histórica lo confirma, sus territorios están llenos de hombres y mujeres que luchan por la libertad, incluidos en aquellas zonas, que de la mano de sus líderes cimarrones, dieron un paso adelante, del cual hace parte el glorioso de San Basilio, reconocida como la más antigua de las comunidades rebeldes, fundadas por hombres y mujeres africanos esclavizados en las Américas y el Caribe.
En ese orden, San Basilio de Palenque, considerado un “rincón de Africa en américa”, debe ser la base, el símbolo del nuevo municipio afro, para que la ruta por la libertad prosiga y el reconocimiento de las comunidades afros sea restaurado, para rendir homenaje a las luchas de nuestros líderes indomables, Benkos Biojó, Juan Angola, Casilda Cundumi Dembele, y de muchos otros, no menos importantes, que nos indicaron y forjaron las bases de organizaciones sociales distintas, al municipio actual, sin que ello, signifique desantender los aportes técnicos de la municipalidad moderna.
En ese contexto y dentro de la aplicación del derecho propio, San Basilio está llamado a liderar una nueva municipalidad, de allí que líderes como Félix Salgado, Aideen Salgado, Miguel Obeso, José Salinas, Martín Valdez, Alfonso Cassiani, y tantos otros personajes que se me escapan, para que hagan realidad el sueño de Benkos y de personajes como Basilio Pérez y Arturo Hernandez, entre otros.
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