Columna


¿Se acabó la mermelada con la moción de censura?

ALCIDES ARRIETA MEZA

20 de febrero de 2014 12:15 AM

Cuando parecía que iba a ser estrenada la moción de censura presentada contra la Secretaria de Planeación de la Alcaldía de Cartagena, sucedió lo predecible, esta no prosperó.

Los argumentos presentados por jefe de esa cartera, Dolly  González Espinosa, convencieron a dos de los firmantes de la iniciativa, acompañada de la dulce intermediación del lobby realizado por el secretario general de la Alcaldía, Carlos Coronado.

Lo sucedido se rumoraba, se dudaba que la moción prosperara, no obstante, la molestia de los firmantes de la moción de censura, acentuada por las declaraciones de la funcionaria, quien señaló,  que el “actuar del concejo, se debía a un tema de contratos”, es decir, a la mermelada. Este es el nombre  que recibe el tráfico de influencias, el interés ilícito en la celebración de contratos, el clientelismo ramplón  y puro, una costumbre política de vieja data.

Los rumores iba y venían, comentarios en los mentideros políticos, reproducidos por el voz a voz, que sugerían que algunos ediles se habían reunidos con voceros de la administración Distrital, calificada por uno de los promotores de la moción, como “indebida interferencia de la administración”, contra la autonomía  del honorable concejo Distrital de Cartagena.

El pulso se estaba midiendo. No se sabía si la mermelada estaba siendo ofrecida en mayores  cantidades, por cuanto en estas circunstancias, cada voto tenía mayor valor, sobre todo, no para sumar  sino para romper la  mayoría que parecía decidida  a vencer al Alcalde  y destituir por esa vía a la funcionaria.

El sábado 15 de febrero era definitivo.  Ese día se sabría quién ganaría: el alcalde Vélez Trujillo  o el Concejo. En efecto, ganó el Alcalde, la retractación y los argumentos  azucarados habrían surtido todos sus efectos, se comenta.

Once votos a favor y ocho en contra sepultaron la moción de censura, la funcionaria se quedó en el cargo, aunque puede salir en cualquier momento, ya no producto de la moción de censura, sino por razones de conveniencia política.

La victoria del alcalde Dionisio Vélez Trujillo fue por decisión dividida, dos votos  lo alejaron  de la derrota, sin embargo, una nueva coalición, error, una nueva colisión quedó  conformada, esta vez resentida, vencida temporalmente ¿qué pasará? ¿Se recompondrán las relaciones? ¿Hubo o no mermelada para cambiar  los votos de los cabildantes? ¿Habrá más mermelada?

Las respuestas la obtendremos en las próximas decisiones de la Corporación, en la negación  o aprobación del empréstito solicitado por el Alcalde por 250 mil millones de pesos, u otras decisiones. Creería que las tensiones que aún subsisten lo impedirían, por lo menos por ahora, sobre todo porque además se sugirieron violaciones a la Ley.

La novela terminará en tablas, después de la tempestad vendría la calma porque, por encima de todo, dirá el concejo, están los intereses de todos los cartageneros, coro que hará el acalde, me supongo que con mucha mermelada.

Profesoralcidesarrieta@hotmail.com.

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