Columna


Se acerca la hora

RODOLFO SEGOVIA

05 de marzo de 2016 12:00 AM

En medio de las malas noticias económicas, se acerca la hora de la redención. Todavía es confuso, pero los precios del petróleo no pueden sino mejorar, y estimularían una rápida reacción local; aquí, por suerte, la infraestructura está adormilada, no caduca. Siempre y cuando, claro, que se despierte la Anla y se frene el chantaje de las comunidades.

Casi todas las empresas de petróleo y gas, privadas o estatales, capitularon. Los presupuestos de inversión cayeron 60% en 2015. Se estima que se borraron inversiones por cuatrocientos mil millones de dólares. Esa destrucción de la oferta afecta la disponibilidad futura de crudo. Ecopetrol y Repsol obtuvieron de la ANH permiso (sorprendente autorización estatal de una sencilla decisión de negocios) para cerrar pozos de Acacias, en el Meta. Las cuentas no dan. Esos incidentes se multiplican en el globo.

La Arabia Saudita moderó la estridencia, aunque sin disminuir el flujo de crudo. En nada cambia lo fundamental, pero sí el ambiente, y la actitud de los hedge funds. Ahora los mensajes árabes son de cooperación. ¿Y por qué no? Consiguieron su objetivo. Su némesis, el petróleo de esquistos va en estampida. Muchos de sus operadores desaparecen sin remedio. El combustible del fracking fue el crédito ilimitado y barato. Se creía que el flujo de caja de esquistos era infinito. En adelante, los banqueros serán mucho más cuidadosos. Querrán ver precios altos y sostenidos. Varios analistas afirman que no menos de US75 dólares por barril.

El otro aspecto del precio del crudo son los inventarios acumulados, calculados en cerca de 5,000 mil millones de barriles. Los inversionistas se ponen nerviosos cuando aumentan, lo que contribuyó a cotizaciones por debajo de los US$26 por barril hace poco. Pero más importante es la tasa de crecimiento de esos inventarios.

La Agencia Internacional de Energía (IEA) insiste (a partir de modelos, que después ajusta) que en el pasado trimestre los inventarios aumentaron en 2,200,000 barriles por día (bpd). Pero las cuentas físicas parecen demostrar que aumentaron sólo la mitad. De ser así, antes de fin de año decrecerán los inventarios mundiales, quizá en 500,000 bpd, aún si el incremento de la demanda anual de petróleo (1.800.000 bpd en el 2015) se reduce 30 %.

De ser exageradas las cifras de la IEA, el impacto sería notable. En tiempos de don Sancho Jimeno, el héroe de Cartagena (1697), se especulaba sobre cuánto vendría en el pañol de la plata de los galeones de América (aparte de lo legalmente registrado). Al final, las cuentas reales del metal en el mercado hacían y deshacían fortunas.

Mientras más se tarde en identificar el descenso en la oferta y los precios sigan destruyéndola, más radical será la corrección cuando la producción, hoy con nula capacidad excedentaria, caiga por debajo de la demanda.

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