Columna


Se destapan las cañerías

ALCIDES ARRIETA MEZA

25 de agosto de 2017 09:32 AM

En momentos en que la estructura de sistema político colombiano colapsa y la institucionalidad se derrumba, los organismos de control del país, esto es, la Fiscalía, la Procuraduría y la Contraloría de la Nación, han comenzado a destapar las putrefactas cañerías de la corrupción, que en muchos años, permanecía intacta en Cartagena, gracias a la impunidad que las había sobreprotegido.

La corrupción penetró en todos los niveles del Estado, invadió al sector privado, domina parte de electorado. La articulación, Estado, sector privado y algunos sectores sociales, han protegido conductas delictivas, convirtiendo el anormal fenómeno en usual y apetecido, porque, produce status, ingresos y riqueza.

La falta de castigo y de sanciones sociales a la deshonestidad oficial y privada, es amenaza mortal para toda la sociedad y del progresivo aumento de los antivalores, que ha hecho de la inmoralidad pública un valor institucional y cultural, no obstante su desvergonzada indecencia.

La Fiscalía General de la Nación ha iniciado y ojalá sin reversa, la lucha frontal contra los corruptos, es por ello, que en los ciudadanos de Cartagena ha comenzado a renacer la esperanza, porque algún día este flagelo será cosa del pasado. La higiene institucional y empresarial está dando sus primeros frutos. Los peces gordos, están siendo capturados, y colocados en la picota pública.

En ese marco, en Cartagena , la fiscalía general de la nación, en las audiencias de imputación y solicitud de medida de aseguramiento, contra el alcalde de Cartagena, Manuel Vicente Duque, su hermano, José Julián Vásquez, la contralora Nubia Fontalvo y el concejal Jorge Useche, presentó los audios de la interceptación de los diálogos sostenidos por los indiciados, estos, publicados en un formidable trabajo periodístico por éste periódico, revelaron lo que se sospechaba y muchos sabían, que la gestión pública y los impuestos de todos los cartageneros no están en las mejores manos.

Las asquerosas cañerías de la corrupción fueron puestas al descubierto por el fiscal general de la Nación, Néstor Huberto Martínez, quién de la mano de fiscales e investigadores locales, pusieron al descubierto todo un sistema de torcidos y entramados que se gestan desde las oficinas públicas.

Los audios evidencian que el poder en la sombra en Cartagena era José Julián Vásquez, al punto que era informado del comportamiento de las finanzas, por parte del secretario de Hacienda, Napoleón de la Rosa, quien le dijo “Tú sabes que yo no te doy malas noticias”, y que en solo día había recaudado la cifra histórica de 22 mil millones de pesos, frases, que en otro contexto parecerían inocentes.

El mercado persa, el reparto de las órdenes de prestación de servicio, fortín normal del clientelismo y del tráfico de influencias, se escuchó en los audios, en este caso, del ex - asesor de despacho, de la alcaldía, Orlando Periñán, éste, comunicó al hermano de crianza del alcalde, que el tema de las O.P.S., estaba terminado, inclusive el requerimiento de los concejales.

La situación es hoy más delicada que en el 2012, cuando el periodista juan Gossaín dijo en este periódico que Campo Elías no estaba rodeado de asesores sino de una pandilla. La pregunta obligada es, ¿siguen las pandillas gobernando la ciudad?

Las causas de este desbarajuste y caos no son nuevas, son históricas, devienen del sistema político vigente y del diseño del Estado, sin embargo, creemos que el buen trabajo que están haciendo las autoridades de control presenta una oportunidad de oro para que la sociedad civil se apropie de su destino de la administración de la ciudad, porque mejores tiempos están por venir, estamos seguros.

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