Lo comencé a admirar siendo líder estudiantil en la Udecé, cuando impulsaba los cambios revolucionarios para transformar el país y mejorar las condiciones de los pueblos y los cambios universitarios que entonces se necesitaban, hasta cuando me gradué de abogado en 1973, y me especialice en Derecho Público en la Universidad Externado de Colombia en Bogotá, egresando en octubre de 2007.
Ya había pasado por experiencias inolvidables y viajé a Cuba por primera vez. Fui a La Habana para ver los logros de la revolución. Había brigadas para alfabetizar, pero Cuba tenía desde entonces un nivel bajo de analfabetismo y mucha gente preparada, pero más que todo para imponer e inculcar las ideas revolucionarias del líder argentino Ernesto “Che” Guevara. Era tal su compromiso que acompaño a Fidel -que era abogado- y después El Che viajó a Bolivia para encender la revolución allí y en toda Suramérica, pero murió en ese país.
En Cartagena hubo una cumbre de presidentes en 1994 y la canciller de Colombia, Nohemí Sanín, amiga personal y a quien he admirado mucho, me invitó al evento y conocí a Fidel, con quien tuve un breve diálogo en el que hoy es el Museo Naval. Salió caminando junto a mí, abrazándome y preguntándome de dónde era y me comentó estar impresionado con las murallas y el San Felipe y quise una foto con el comandante pero nada que apareció un fotógrafo.
Cuba pasó de la dictadura de Batista a la dictadura de Fidel e hizo cambios de fondo expropiando a los capitalistas y casi convirtiendo a la isla en colonia Comunista aliada de la URSS.
Después de creer en la autenticidad de esos ideales me fui enterando de la gran vida de Fidel, con sus tres yates, además de una buena provisión de vinos. Lo reconoce la revista Forbes como uno de los grandes millonarios y así lo ratifican sus escoltas.
Fidel cumplió un papel histórico siendo amigo de la Unión Soviética, generando la famosa crisis de los misiles con EEUU y derrotando en 1961 la famosa invasión contrarrevolucionaria en Bahía Cochinos. La revolución cubana apoyó las guerras “libertarias” de los revolucionarios del mundo, incluyendo a las FARC de Colombia y los revolucionarios de Angola.
Mi último viaje a Cuba fue en la semana santa pasada. El poder pasó a manos de Raúl Castro y sigue la dinastía en el poder. Pocos son los cambios en la bella isla de las Antillas, tal como lo pude constatar en ese viaje.
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