Columna


Sean objetivos con Venezuela

AP

21 de marzo de 2013 12:00 AM

CRISTO GARCÍA TAPIA

21 de marzo de 2013 12:00 AM

Quién sabe si cuanto dejan traslucir con sus falacias y manipulaciones sofistas, no sea nada distinto de su precariedad de carácter; la falta de sindéresis y la vergonzante impostura que denotan sus “análisis”, “puntos de vista”, “críticas imparciales” y cuanto galimatías se les ocurre para desacreditar y falsear la verdad.E igual que lo hacen aquí en su patio en contra de personas, organizaciones y partidos políticos, movimientos de artistas e intelectuales, colectivos de derechos humanos y otros, que no encajen en su universo ideológico excluyente, lo ejercen con petulancia y menosprecio con similares de otros países.
Me refiero a los y las analistas y expertos y expertas en cualquier cosa, que fungen de columnistas en periódicos y revistas de baja, media y alta gama, según sea su localización en el mapa de Colombia, y el poder de penetración que tienen en el mercado del consumismo mediático debidamente direccionado.
En contra de Chávez vivo, su país, su gobierno, sus políticas, su ideología, escribieron sandeces, falsearon la historia, callaron la verdad, inventaron mentiras.
En fin, cuanto les deparó pírrico reconocimiento fue de curso corriente en sus transacciones mediáticas y alimentó las vísceras de sus mezquindades, igualmente direccionadas por poderosos y efectivos intereses.
Despojada de prejuicios ideológicos, bastaría la mínima capacidad de comprensión lectora para discernir que ha sido la incoherencia, el sesgo y la falta de ponderación y ética en el tratamiento de la información objeto de su análisis, de cuanto han hecho gala en estos días de duelo los oficiantes colombianos de la oposición mediática a Chávez y a Venezuela.
En algunos casos, elevada al máximo para demostrar su incondicionalidad a causas que responden a razones e intereses de otros ámbitos.
Desde luego que en esta, no vamos a repetir cuanto expresaron Sean Penn o Robert Kennedy Jr., de Chávez, pero sí a ilustrar algo que ignoraron los columnistas de acá y que deja en entredicho su responsabilidad con la objetividad y sindéresis que debe prevalecer en el oficio que ejercen.
Y es que Venezuela, su gobierno, su democracia, su economía, su desarrollo y crecimiento, su liderazgo regional, entre otras variables de su modelo político, goza de cabal salud y tiene el suficiente vigor para resistir cualquiera crisis que le pueda sobrevenir en uno de estos marcadores.
Y no son, como pudiera aventurarse, seguidores del chavismo quienes lo reconocen.
No. Es el BID; es el Centro para la Investigación Económica y Política, CEPR, ambos centros de alto poder y pensamiento con sede en Washington.
“El modelo económico de Venezuela es sostenible”, han concluido categóricamente, en pleno velorio de Hugo Chávez, el arquitecto del modelo.

*Poeta

elversionista@yahoo.es
@CristoGarciaTap

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