El mes pasado la calificadora de riesgo crediticio Fitch entregó el reporte de la capacidad de pago de la cuidad. Fitch mantuvo su calificación AA- al Distrito pero modificó la perspectiva de calificación de largo plazo de negativa a estable.
Esto implica, según Fitch, que la calidad crediticia no se verá afectada por las medidas tomadas por el Distrito para apoyar a Transcaribe ni por la deuda futura de sus entidades descentralizadas. Este es un logro de la gestión financiera del gobierno local ya que ubica a Cartagena con un buen acceso a recursos financieros.
Ojalá la administración logré potenciar esta herramienta para mejorar los indicadores sociales porque ser buena paga es una condición necesaria pero no suficiente.
De acuerdo con el informe de Fitch, la deuda de Cartagena al cierre de 2016 era de $ 213 mil millones, la cual se viene pagando cumplidamente con los recursos propios del Distrito.
Además, en la revisión, la compañía calificadora evaluó la capacidad de pago de créditos nuevos por $ 290 mil millones: $ 100 mil millones se invertirán en proyectos de desarrollo urbano, protección costera y vivienda, y los otros $ 190 mil millones en la construir el Centro Administrativo Distrital (CAD). Lo anterior implica que los residentes estaremos pagando unos 500 mil millones de pesos en los próximos años.
Endeudarse no es malo y es una de las herramientas para apalancar el desarrollo. Además, como lo señala Fitch, Cartagena tiene para pagar esa deuda. La duda que resurge es por la calidad del gasto que se ejecuta con ese financiamiento.
El año pasado, Funcicar presentó un reporte mostrando que los resultados de las obras ejecutadas con el crédito que contrajo la administración anterior no fueron buenos.
Es más, Fitch señala que uno de los desafíos de Cartagena es aumentar la eficiencia del gasto, ya que al cierre fiscal de los últimos cinco años, en promedio, existían recursos sin ejecutar de $ 223 mil millones y surge la duda de si el camino es una mayor deuda con una administración distrital sin la capacidad de ejecución de los recursos.
Para mejorar el bienestar de los cartageneros, ser buena paga no basta. Las inversiones deben ejecutarse garantizando un impacto positivo sobre el bienestar de la población. De lo contrario, Cartagena corre el riesgo de tener, como dice Fitch, una generación de ingresos para atender la deuda financiera.
Al final ser buena paga solo beneficiaría al sistema financiero y no a los cartageneros, quienes trabajan para pagar sus deudas sin ver los beneficios de las inversiones realizadas con ellas.
jbonetmo@banrep.gov.co
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