El presidente Juan Manuel Santos, tras la suspensión del alcalde Manuel Vicente Duque, encargó al doctor Sergio Londoño Zurek, para que dirija los destinos del Distrito de Cartagena, mientras el movimiento de Primero La Gente suministra la terna de quién continuaría en el cargo, hasta que se resuelva la situación del alcalde titular.
Londoño Zurek, alcalde encargado, es cartagenero, hecho que podría legitimar su provisional nombramiento, sin embargo este funcionario desde hace muchos años vive en Bogotá, donde ejerce como asesor del actual presidente, lo que nos llevaría a presumir que este señor no conoce de cerca la compleja problemática política, económica y social de La Heroica.
Igualmente, dudamos que el funcionario conozca el funcionamiento de las administraciones públicas territoriales. El ejercicio de la administración pública requiere experiencia general y específica, me refiero a la compleja y complicada gestión administrativa de los distritos especiales, como el de la ciudad.
En tal sentido, en nuestra opinión creemos que las razones de confianza y la calidad de cartagenero, del hoy alcalde encargado, no son garantía suficiente del éxito de su gestión, por ello dudamos que en el corto tiempo que esté al frente de la administración pueda enterarse detalladamente de toda la problemática y menos plantear soluciones de fondo. El reducido periodo de su encargo no lo permite.
El centralismo autoritario una vez más hizo sus imposiciones en Cartagena, mal, que ha venido sufriendo el país desde décadas, por cuanto las autoridades nacionales no respetan la autonomía de las entidades territoriales, a las cuales les impone, obras y hasta alcaldes, como en el presente caso, pero bueno, la decisión está tomada y debe ser acatada. Londoño Zurek, es solo un accidente, lo que importa es lo que viene.
Creemos entonces, sin que se paralice la administración, que el recién nombrado alcalde, un “carta-bogotano” debería preparar el camino para que el mandatario que resulte escogido de la terna que presente el movimiento Primero La Gente, continúe la gestión.
El llamado es al movimiento de Manuel Vicente Duque, para que prescinda de los intereses particulares y , al momento de elaborar la terna, designe a quienes en verdad representen auténticamente a la ciudad. La terna, sugerimos, debería estar integrada por personas honestas, de origen popular, con la formación y experiencia para realizar un buen gobierno.
Los ejes centrales que deberían guiar al encargado no pueden apartarse de un proceso que impacte la crisis de gobernabilidad que vive la ciudad y el aumento progresivo de situaciones que se tornan progresivamente caóticas, como la pobreza, la miseria, la inequidad, la inseguridad, el desempleo, y la ausencia de autoridad, entre otros problemas estructurales.
El o la que siga en el gobierno debe procurar devolver la confianza a todos los habitantes de Cartagena en todos los sentidos y sentar la bases para volver a creer en los gobernantes, ejerciendo una gestión transparente e incluyente.
La ciudad es de todos. La ciudad democrática, implica que el pueblo es titular del poder político, y que en ejercicio de la democracia participativa, los ciudadanos pueden exigir al Presidente de Colombia y al movimiento Primero La Gente, las mejores personas para reconstruir la ciudad.
La ciudad requiere iniciar el proceso que extirpe el modelo corrupto y mafioso de gestión pública, que la ha venido socavando. Cartagena no puede seguir siendo sede del saqueo generalizado de las finanzas públicas.
El proceso de la depuración de las costumbres políticas se ha iniciado, una nueva forma del ejercicio del gobierno está en marcha, el pueblo ha dado muestras de ello, es probable que se haya equivocado pero en esencia ha demostrado deseos de cambio. La transformación positiva de la ciudad es posible, de la mano del desarrollo de las inteligencias políticas y éticas.
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