Por razones de fuerza mayor, me he visto obligada en los últimos días a realizar actividades poco gratas pero imprescindibles: cerrar cuentas bancarias, anular tiquetes aéreos, comprar un cheque de gerencia para realizar un pago, cancelar cuentas a enfermeras, clínicas y otros negocios relacionados con las “Ciencias de la Salud”.
Déjenme decirles que me encuentro anonadada de verificar la pésima calidad del servicio que impera en Colombia, en donde pareciera que ningún empleado se identificara con la cultura de su empresa, donde los prestadores de servicios hacen hasta lo imposible para no resolver las tareas más elementales, donde el negativismo llega hasta los límites de la inverosimilitud.
Hace casi quince días, estoy tratando de cerrar una cuenta bancaria, en donde a cada momento te piden un certificado nuevo, y en donde finalmente, te dicen que aunque ya tienen los documentos completos en su poder, “se me olvidó anexarlos a los que entregué la semana pasada” (¿¿??)…;
Otro día, cometí “la osadía” de solicitar a nuestra gran aerolínea emblemática que me cambiaran un tiquete aéreo de un pasajero ya fallecido, entregué el correspondiente certificado, y me contestan tan campantes que “ahora faltan unas declaraciones extra-juicio” para verificar que, en efecto, soy “heredera” de sus bienes. - ¿Saben qué?- Les dije, “quédense con sus pasajes, creo que ustedes los necesitan más que yo”…;
Pero ahí no acaban mis experiencias con la calidad del servicio que ofrecemos los colombianos. Una de las corporaciones de salud más prestigiosas de Colombia, se negó a suministrar los medicamentos que debía entregar a un cliente “porque se necesita la historia clínica de todas y cada una de las instituciones de salud” donde estuvo albergado el paciente.
Es inconcebible que a los empleados de turno no les duela el sufrimiento del prójimo, ni que les duela el buen nombre de su empresa. De lo que se trata es de eludir a toda costa las responsabilidades, de complicarle la vida al ciudadano, de hacerlo desconfiar de todo un sistema de irregularidades que reinan en nuestra “Patria Boba”…; Sí. Es que este país no sólo está sufriendo por “lo único que vuela de Interbolsa (Easyfly)”, sino por la desidia, la irresponsabilidad y la pereza mental de quienes deben cumplir con sus compromisos. Qué fácil es decir, “vuelva mañana”, “eso a mí no me toca”, “aquí falta otra huella del índice patas-pa’rriba”. Qué difícil es decir: “con mucho gusto”, “a la orden para lo que necesiten” “cuenten conmigo”.
Yo por eso prefiero seguir creyendo en los sueños, y en los milagros, aunque me consideren ilusa. No en vano soñé ayer, que estaba en Isla Negra en la casa de Neruda, con mis amigos escritores…; Antes de despertar, soñé que el poeta me decía: “Alas del mar, compañeras del cielo, ola estrellada, ¡Gracias!”.
*Directora Unicarta
saramarcelabozzi@hotmail.com
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