Columna


Sí a reconciliación y paz

EDUARDO VERANO DE LA ROSA

06 de octubre de 2016 12:00 AM

Con mucha abstención el No triunfó en el plebiscito por estrecha diferencia, pero lo hizo. Es un hecho de nuestra realidad política que el acuerdo final para terminar la guerra no se aprobara, pero casi la mitad del electorado dijo Sí y lo consideró justo, como lo considera la comunidad internacional.

¿Qué dice esta realidad? El mundo de la política no es blanco ni negro, es de matices. ¿Qué quiso decir el electorado? Una parte de la población avala el acuerdo y otra no. Es lo que está en la esfera de la apariencia que sabemos es una parte de la esencia de sus manifestaciones, pero no es la esencia en su totalidad, lo dijo Hegel.

Hans-George Gadamer enseña en “El giro hermenéutico” en el subtítulo Romanticismo temprano, hermenéutica y deconstructivismo que “El arte de la hermenéutica no consiste en aferrarse a lo que alguien dijo sino en captar aquello que en realidad ha querido decir”.

Lo trascendente hoy es no aferrarnos a lo que el electorado dijo, sino captar lo que el electorado quiso decir. Esta es la tarea del momento, cosa no sencilla de percibir. Se capta que nadie votó por continuar la violencia, como tampoco nadie osa proponer una salida distinta a negociar entre las partes.

En la deliberación que precedió el plebiscito, ninguna fuerza política habló a favor de continuar la guerra ni en contra de negociar como medio para superar el conflicto armado. Es unánime el apoyo a negociar. En una interpretación sana del resultado electoral, está nítido que hay consenso a favor de la reconciliación y la paz. Hay diferencias en cuanto al contenido del texto del acuerdo final, pero casi la mitad lo aprobó.

Hasta el papa Francisco ve con simpatía el acuerdo del fin del conflicto. No se debe renunciar a todo lo acordado, sino concretar un gran consenso político por la reconciliación y la paz. Se va por buen camino y debe tomarse el resultado electoral con optimismo. Es una excelente oportunidad para fortalecer el texto del acuerdo con la participación de otras fuerzas políticas.

¿En qué reflexionar? Cómo lograr la reconciliación y la paz mediante la negociación política es la respuesta. Se debe partir del acuerdo final del conflicto, no puede ser de otra manera. Fue suscrito por el presidente Santos, jefe de Estado, y representa a toda la Nación, por autoridad de la Constitución Política.Esto no puede olvidarse.

Un gran consenso nacional de partidos y movimientos políticos se requiere. Ese gran consenso debe partir de la negociación en marcha e involucrar las instituciones de nuestra democracia. Todo esto tiene que ir al parlamento y la justicia debe revisar lo acordado. Nuestra democracia rechaza la tiranía de la mayoría y en un Estado de Derecho, el parlamento es el escenario natural de la democracia. No puede ser de otra forma. Vía al gran acuerdo por la reconciliación y la paz. 


ginaaaron2810@gmail.com

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