Columna


Sícalo

SARA MARCELA BOZZI ANDERSON

17 de enero de 2017 12:00 AM

El primero de enero de 2017, las redes sociales estallaron al unísono: partió hacia la eternidad el rey de la bacanería, Francisco Sícalo Pinaud. Fueron las mujeres, sus consentidas, quienes primero reaccionaron, ya que recibimos todo su cariño.

Lo conocí a través de mi hermano, el poeta Erick Bozzi, quien editó sus libros con Sícalo, ya que él le infundía encanto a la portada y a cada detalle del prólogo y la contraportada. Editora Bolívar era el centro de su trabajo, donde colaboraban sus hermanas la Mayi y la Tuky. Su laboratorio de fotografía era mágico y emanaban de él brillantes ideas. Lo nombré profesor de Fotografía cuando fui decana en la Tadeo.

Una de sus obras más importantes fue la cruzada por restaurar el Teatro Heredia, publicada en El Espectador bajo el nombre, Encaje de recuerdos para vestir un teatro desnudo, con la actuación de María Raquel Bozzi. Fue la pieza central de la revista La Caterva, suplemento literario integrado por Javier Hernández, Francisco Angulo, Mario Mendoza, Armando Miranda, Rafael Martínez Fernández, Erick Bozzi Anderson, Luis Fernando Calvo, Raúl Molina y Héctor Rojas Herazo. Sus temas eran “La increíble y triste historia del Teatro Heredia y de los cartageneros desalmados”, y “Esquema sentimental de Cartagena de Indias”.

Fue miembro del Consejo Editorial de la Revista Agenda Cultural del Caribe y la Calle de Don Sancho fue el eje de su diseño, diagramación y corrección de estilo. Sícalo era nuestro profesor de fotografía y gran motivador de los alumnos en literatura y periodismo.

El pasado 4 de enero, en la iglesia de Santo Domingo, nos sentimos en comunicación con la familia y los amigos de Sícalo, unificados ante el padre Rafael Castillo para encomendar a Dios su alma, en su tránsito al cielo. Sus hijos lo despidieron con un concierto y con hermosas palabras, y sus amigos expresaron anécdotas literarias de sus cuentos, poemas y leyendas.

En el altar, su hermana la Tuky seleccionó fotos suyas para compartirlas con los amigos. Estaban llenas de simbolismo, una huella de su tránsito por las Bellas Artes. En el Centro Amurallado hará falta Sícalo, su característico andar y mirada incierta, con los ojos casi cerrados, que nos recordarán el cariño y el respeto por sus mujeres sublimes.

Recordaremos a su señora, Patricia Moreno, quien educó a sus hijos dentro de los valores que honraron a su padre a través de toda su vida. ¡Loor a Sícalo Pinaud y a su familia!

Directora Unicarta
saramarcelabozzi@hotmail.com

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