Columna


Sobre la sociedad civil

JORGE RUMIÉ

24 de junio de 2016 12:00 AM

El poder de la sociedad civil (SC) para una democracia es invaluable. Y si además la tienes unida y remando en la misma dirección, aquello no tiene precio: sus posibilidades de contribuir a la sociedad se multiplican.

Pero… ¿qué es la sociedad civil? ¿Quiénes la conforman? ¿A qué sabe esa vaina? Y te diría que a la SC la puedes entender como el conjunto de organizaciones e instituciones –no pertenecientes a la estructura gubernamental– las cuales se unen para proponer o alcanzar objetivos comunes de carácter político, social o económico en su región. En ese sentido, las entidades sin ánimo de lucro, las organizaciones no gubernamentales, las fundaciones, asociaciones, sindicatos, grupos religiosos, entidades educativas, gremios económicos, y hasta las instituciones privadas prestadoras de servicios públicos, se pueden considerar como parte de la SC.

Por eso se dice que la SC es fundamental para el progreso de una región y puede constituirse –cuando se asume el liderazgo correspondiente– en actor importante en la conciencia social del Estado de derecho, en ejecutor de iniciativas de gran impacto para su región y en pieza esencial en el equilibrio de poderes de una sociedad.
Como quien dice, y aterrizando en la realidad de nuestra querida Cartagena, cualquiera entendería que tener una SC unida y trabajando en equipo, sería de una importancia manifiesta. En especial, cuando a gritos reconocemos que las necesidades de la ciudad desbordan –por acción u omisión- la capacidad pública para resolverlos.  

¿Qué hacer? Sería la pregunta que muchos se harían. Y retomo algo que propuse aquí mismo hace como 10 años: la necesidad de constituir una “junta de ciudad” para apoyar a la alcaldía. Tener sentada en una misma sala a la columna vertebral de la SC (partiendo de la estructura del intergremial) es como tener gratis a una “junta de ciudad”. En Cartagena debemos sacudirnos el paradigma de delegar en el gobierno distrital la responsabilidad total del destino de la ciudad, porque las democracias verdaderas no funcionan así. Los gobiernos cambian, la SC, por el contrario, permanece.

Hoy veo en Cartagena una generación de profesionales capaces de asumir ese liderazgo en la SC. Se trataría simplemente de reunirse para identificar propósitos y armar estrategias para ejecutar proyectos de beneficio común. El disco cambia completamente. Se cambia el disco de las individualidades para introducir el de la ejecución colectiva.
 

jorgerumie@gmail.com

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