Columna


Sobre Selfis

RODOLFO DÍAZ WRIGHT

14 de octubre de 2018 12:00 AM

Cartagena vuelve a ser noticia y esta vez por esa extraña afición a estar en la lista de ciudades en las que ocurren cosas exóticas, raras, de “cógeme ese trompo en la uña”.

A raíz de la renuncia de un alto funcionario de la administración distrital, por demás apresurada e injusta, por tomarse una selfi con una reclusa de la Cárcel de San Diego, me di a la tarea de investigar sobre el tema de las selfis y de verdad encontré datos sorprendentes:

Un total de 259 personas han muerto, mientras realizaban la peligrosa actividad de tomarse una selfi, término que, a propósito, fue acuñado en 2002 por la cadena ABC en su edición online. De estas muertes, 49 ocurrieron a partir de 2014, es decir, la cosa va en aumento, ya que en 2011 solo se reportaron tres muertes, mientras que el promedio de los últimos años casi alcanza la cifra de 11.

Tomarse una selfi, que antes era un complejo proceso de programar una cámara, ubicarla y luego correr para posar antes de que operara el diafragma, se ha vuelto algo muy simple y expedito, desde que los teléfonos celulares vinieron con muy buenas y poderosas cámaras incorporadas y la gente perdió el miedo a hacer el ridículo, por una foto poco profesional, a cambio de gozar la gloria y el éxito de un recuerdo instantáneo, espontáneo y de gran valor histórico o farandulero.

Para tomar la selfi solo hay que estirar el brazo, aunque no faltan los amantes de las complicaciones y los misterios que adquieren un conjunto de aditamentos especiales que le alargan el brazo y le quitan lo que de espontáneo y aficionado tiene la vaina.

Pero más allá de temas puntuales, hay que admitir que el fenómeno selfi es un concepto global, de masas y de un cubrimiento tan acelerado, que está muy por encima de cuestionamientos aislados o tendenciosos. La selfi es alegría, es felicidad, es recuerdo, es espontaneidad, es momento. Por eso duele tanto que todavía algunos miembros de una sociedad pacata, mojigata y enferma de pudibundez, la usen como alfanje asesina de la decencia y la caballerosidad de uno de los funcionarios más humanos y respetuosos que haya visto el corralito.

Hoy día se publican 700000 selfis semanales en redes sociales y se estima que el 30 % de todas las imágenes que se toman en el mundo son selfis.

Así que es verdaderamente increíble que haya sido en Cartagena de Indias, donde se tomó la única selfi en el planeta, que sirvió para que un funcionario renunciara de su cargo. Un nuevo récord que se agrega a la ya larga lista que acumula la Alcaldía de esta noble e ínclita ciudad.

Ah, y recuerde: si usted vive en la India, es de sexo masculino y tiene entre 16 y 25 años, no intente tomarse una selfi en sitios elevados. Las posibilidades de morir son altísimas.

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