El Gobierno tendrá que diseñar una estrategia que impida que las soluciones a los grandes conflictos de los sectores económicos se resuelvan con base en paros, que terminan generando toda clase de incertidumbres y entregando concesiones que en otras condiciones no se aceptarían.
Las noticias de prensa nos dicen que los paros que se han hecho en el sector agrario en las últimas semanas (cafeteros, maiceros, paperos, cacaoteros) le han costado al Gobierno más de un billón de pesos. A esto deben sumarse todos los problemas de orden público, la incomunicación de las regiones afectadas y la pérdida de productos perecederos que no resisten los obstáculos en la movilización.
También hay que contar con que las interrupciones en las vías terminan generando obstáculos para todos los sectores económicos que finalmente se traducen en pérdidas considerables.
Cuando existan reclamaciones, éstas deben atenderse a tiempo, los quejosos necesitan ser oídos y las quejas requieren la evaluación seria y oportuna, para que no se conviertan en situaciones angustiosas que no tienen solución y que tampoco encuentran la audición requerida para ventilarse.
Cuando se han presentado los casos enunciados, los dirigentes gremiales siempre suelen decir que se cansaron de enviar cartas, de solicitar citas y de esperar respuestas a los reclamos. Eso quiere decir que de una vez por todas debe existir una directriz muy clara sobre la forma de abordar estas reclamaciones, para que no degeneren en situaciones irregulares que terminan afectando no sólo al respectivo gremio, sino también al Gobierno y a todos los colombianos.
La mayoría de los reclamos han tenido que ver con la presencia de bajos precios, originados en el exceso de oferta por sobreproducción, o por presencia de productos que ingresan a través del contrabando; también por la afectación de los climas cuando aparecen veranos intensos y lluvias inclementes.
En todos los casos es posible diseñar instrumentos que permitan atenuar las circunstancias con la debida anticipación. Si se presentan sobreofertas, los estimativos deben propiciar el hallazgo de mercados que absorban la producción adicional; si hay contrabando, deben interactuar los diferentes frentes gubernamentales para combatirlo y si existen climas desfavorables, el Estado Social de Derecho tiene que aparecer para estar al lado de los afectados con ayudas efectivas para sus desgracias.
Es cuestión de previsión y de voluntad política para asumir los compromisos y para evitar el desgaste en el deterioro del orden público.
edgo01@hotmail.com
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