Columna


Soplan nuevos vientos

JOSÉ FÉLIX LAFAURIE RIVERA

01 de marzo de 2015 12:01 AM

Y soplan con fuerza para la carne colombiana, que puede convertirse en otro producto líder dentro de nuestra oferta agropecuaria exportadora, lo cual hoy resulta estratégico para el país, no solo por la mengua de los ingresos petroleros, sino por la mayor competitividad que la devaluación le otorga a renglones no tradicionales como la carne.

Las señales están a la vista. De la más inmediata puedo dar testimonio. Junto con funcionarios del ICA, INVIMA Y Procolombia, participamos de una misión comercial para buscarle mercados a la carne colombiana en Oriente Medio y el Norte de África. En Dubai se hicieron contactos importantes en Gulfood 2015, una de las principales ferias mundiales de alimentos. En Egipto, hubo reuniones con ministerios y con grandes importadores, al punto de que en marzo visitarán varias plantas de sacrificio locales para tramitar su certificación. La acogida fue similar en Jordania y Argelia, donde percibimos gran interés por la carne colombiana, y no exagero en optimismo al vaticinar que muy pronto entraremos a esos mercados. 

Pero hay más señales. Una multinacional de la carne como la brasilera Minerva, que transa anualmente 7.000 millones de dólares y está en varios países del Cono Sur, ha decidido comprar el frigorífico Red Cárnica en el departamento de Córdoba, como pica en Flandes para convertir a nuestro país en puerta exportadora.

Algo ha cambiado. No hay suficiente carne bovina en el mundo y por ello fue el único commodity que dobló precio y sigue al alza en un escenario de recuperación económica mundial.

Se estima que para 2022 el consumo aumentará un 14%, hasta llegar un mercado mundial de 76 millones de toneladas. Hoy el consumo per cápita mundial es de 6,8 kilos/año, frente a 33 recomendados por la FAO, lo cual representa un gran potencial de crecimiento. Del lado de la oferta, las potencias cárnicas, lejos de incrementar su producción para atender la nueva demanda, la reducirán 1,9%, mientras que los países con capacidad para cumplir ese cometido están concentrados en el trópico.

Y ahí estamos nosotros, con grandes ventajas para llenar ese vacío, con disponibilidad de tierra y agua, vocación ganadera y ubicación privilegiada para el comercio internacional, a lo cual se suman grandes avances en productividad, estatus sanitario y excelencia genética.

Vamos a exportar, pero debemos transitar el camino con proyección y buen juicio. Habrá que sopesar el legítimo interés inmediato del ganadero con la visión de un negocio rentable a largo plazo, y a lo que me refiero es a la importancia de privilegiar la exportación de valor agregado, sin menoscabo de lograr un ‘mix exportador’ entre carne y animales en pie.

Sería inaceptable que la inversión extranjera, ya presente en el país y curtida en el negocio exportador, se quede con la pulpa y el resto del sector deba conformarse con el hueso. No. Soplan nuevos vientos y la ganadería como un todo debe aprovecharlos para avanzar en su consolidación dentro de la economía colombiana.

*Presidente Ejecutivo de Fedegán

@jflafaurie

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