Necesitamos políticas públicas para garantizar derechos adquiridos, la confianza legítima del gremio de taxistas y otros afectados, por nuevas políticas de transporte público para garantizar la rentabilidad del sistema integrado de transporte Transcaribe.
Erradicar la proliferación del transporte informal y taxis piratas y su impacto negativo en la calidad de vida del gremio de taxistas.
Solucionar el desplazamiento de los taxistas que históricamente han prestado este servicio público en centros comerciales, hoteles, discotecas y supermercados, por vehículos de transporte especiales y la plataforma UBER.
Desconocimiento de la confianza legítima y derechos adquiridos con el histórico transporte colectivo, que ha resuelto la crisis del transporte público en Cartagena de Indias.
Subsidiar a través del distrito con convenios interinstitucionales una tarifa preferencial para el pago de los peajes urbanos al gremio de taxistas.
Aplicar la legislación laboral a los trabajadores taxistas profesionales y que desde el año 2004 en forma ilegal, ilegítima e inconstitucional se le viene desconociendo a través de leoninos contratos civiles.
Revisar las fotomultas del gremio, un burdo negocio, que violan y amenazan el derecho a la defensa y el debido proceso (art. - 29 de la cp de 1991.)
Cumplimiento de un software, censo para el registro único de conductores, por parte del DATT.
Un nuevo decreto para la seguridad social del taxista, para cuando el carro está en taller, está varado al estar cotizando por una tarifa diariamente para la seguridad social.
Desmontar el pago diario adicional a la tarifa, con el nombre de ahorro, y para el caso de un daño en el carro, se tipifica como una retención ilegal a los taxistas.
La implementación del taxímetro en Cartagena en el nuevo Plan de Desarrollo y mejorar la pobre infraestructura vial de la ciudad.
Tecnificar, certificar su oficio y carnetizarlos para que no todo el mundo pueda suplantar al taxista profesional.
Reiterar que son más los taxistas que respetan la tarifa y prestan un servicio de calidad que los que abusan del usuario.
Regular las autoridades el valor del cupo, que hoy en día es el doble del costo de un taxi.
La cadena del abuso termina en el taxista que acaba siendo presionado para cumplir con todos los compromisos.
Incluir en el postconflicto a este gremio de taxistas, víctimas olvidadas, abandonados a su suerte por el Estado y los gobiernos de turno.
Tener en cuenta las experiencias en otras ciudades y países para solucionar estos temas que afectan al gremio de taxistas, en sus principios y derechos fundamentales.
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