Siempre que se presenta la época electoral, la efervescencia en el departamento de Sucre se asemeja a un 20 de enero: todo es fiesta, tensión, jolgorio y toros que entran al ruedo.
Sin embargo, al departamento como la plaza solo le queda el atraso una vez culmina la festividad electoral. Se escuchan chistes de toda índole como uno que dice popularmente: “¿con quién estás tú?; y en voz confusa se responde con Name, haciendo alusión a un candidato a Senado, pero al mostrar la sorpresa o contra pregunta: “¿con quién?”, entonces aflora la risa y dice: “sí. con dame, dame cincuenta”, referente a lo que cuesta un voto. Tristemente, la democracia no es precisamente un chiste, pero a ese colmo hemos llegado en el departamento de Sucre en lo que tiene que ver con el “juego” electoral.
Sucre que tiene sitios como La Mojana y el San Jorge que manejan un 70 % de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) y se postra al dios dinero en esta contienda electoral; incluso se puede dar el “lujo” de escoger, en caso de Senado, personas de afuera del departamento como está ocurriendo con quienes más tienen presencia como Antonio Correa, de Opción Centro; Musa Besaile, del partido de la U y cordobés por excelencia; y Bernardo Elías, igualmente de Córdoba; así como Nohora García, que, si somos claros, nada aportan a Sucre, excepto sobras de lo que verdaderamente gestionan para su sangre que los llama, es decir Córdoba, en caso de los cordobeses. Eso es apenas de esperar.
Pero bien, esto sucede porque nuestros senadores sucreños han dejado el espacio y es así como Antonio Guerra de la Espriella, que pretende repetir curul, manifiesta que aún si hubiesen hecho la mejor gestión por Sucre se hubiese presentado el mismo fenómeno porque lo que está mandando la parada es el dinero y los de afuera tienen mayor mermelada que los sucreños. Quedaría por verse si realmente sucediera eso.
Las demás aspiraciones de casa sucreña, como la exministra María del Rosario Guerra y Julio Miguel Guerra, hablan de un nepotismo vergonzoso, sobre todo dos hermanos por un mismo departamento, pero como dijo el senador Antonio: “eso lo permite la democracia en Colombia” y eso es muy cierto.
Mario Fernández, quien “desbancó” al hijo de Julio Guerra patriarca liberal – del aval del partido, dice que su tío, el alcalde de Sincelejo Jairo Fernández Quessep, no tiene incidencia en su campaña y él desea el progreso para Sucre. Pensando objetivamente preguntaríamos: ¿Cuál es el mérito para Mario Fernández ser senador?.
Mario parece estar extasiado con las elecciones, todos tenemos derecho a aspirar, hay que demostrar una verdadera labor. De ser elegido, entonces, adelante Senador.
Antonio Correa dice que es más que Sucreño porque toda su política la hace principalmente en Sucre -esto sí es cierto- manifiesta que tiene un gran compromiso con el departamento y que se aterra de la cantidad de dineros que corren en esta contienda. A mostrar gestión, senador.
Teresa García, independiente de lo que la rodee, se destaca dentro de las personas que pudieran hacer una excelente gestión para el departamento, si la dejan ser ella y no la burbuja o esponja absorbente de una estructura política en decadencia. Vale la pena que esta señora sea senadora por Sucre en la medida en que pueda mostrar su potencial humano y de trabajo, de lo contrario es mejor que no salga elegida incluso por el bien de ella. Tiene temperamento para brillar con luz propia. Para mí, es la mejor opción actualmente en Sucre.
Julio Miguel Guerra es sucreño y ha intentado varias veces ser senador. Al trabajo le hace falta fuerza electoral, que en realidad no se le ve, pero como dijimos, cada quien puede aportar algo; si sale elegido, adelante, senador, a mostrar gestión.
Con los candidatos a la Cámara se avecina una fuerte disputa, donde dicen los entendidos que por lo alto del umbral, es posible que el movimiento de Yahir Acuña se quede con dos cámaras de Sucre y la otra seria de la U, que la disputarían Nicolás Guerrero y Andrés Gómez; sin demeritar calidades personales de nadie.
Esta cámara por el bien de Sucre, debe quedar en manos de Nicolás Guerrero, quien es persona seria, de valores cristianos y una formación que debe prevalecer en el Congreso de la República y, por ello, anuncio mi voto público para que Sucre tenga un buen representante a la Cámara como lo es actualmente Nicolás Guerrero porque, de lo contrario, como dice el argot popular: “si no es así nos fregamos”.
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