Los sucreños pareciera que estamos destinados a las masacres; primero la guerrilla, luego el paramilitarismo y ahora en su efervescencia, la delincuencia común dentro de la cual se encuentra la corrupción.
Dolor, nudo en la garganta, nos produce la indolencia padecida. Es indescriptible nuestro sufrimiento y escasas nuestras fuerzas. Todo lo llevan al ámbito politiquero y de mezquinos intereses. Nada les importa, los niños no existen, los vulnerables ancianos menos y a los jóvenes se les roban sus posibilidades de salir adelante.
No hay rumbo. La gobernación de Sucre, que debe ser líder del progreso, cada día se empaña más con la corrupción, que aún con toda la incapacidad aprendida a tener sorpresas, logra sorprendernos.
Tengo informe de la Contraloría departamental de Sucre, fechado agosto de 2014 referente a un contrato de prestación de servicios de salud, número 002-2013, entre la gobernación de Sucre y el Hospital Universitario de Sincelejo, para “garantizar la atención en salud de la población pobre”, por valor de $5.025.455.469 millones, de los cuales se realizó un primer pago de $2.270.371.261 millones, haciendo una consignación en la cuenta bancaria del hospital, número 7434205065 del banco Colpatria por valor de $1’620.779.261 y el resto en unos embargos de la DIAN $149.472.000 y las empresas Diagnostilab por valor de $90.000.000, Drug Store $95.000.000 y Golosinas $315.000.000 -acciones maquiavélicas-, para un total de embargos de $649.592.000.
Son estas las andanzas del gerente del Hospital Universitario de Sincelejo, Jhon Bitar, quien siembra el hilo del temor en la institución, donde al parecer hablar es un pecado puntualmente castigado. Me informa el sindicato del hospital, que en referencia al régimen del terror de Bitar, hicieron una cartelera con un toro “Balay” enfurecido y un serrucho, y más demoraron colocándola que el gerente destrozándola.
John Bitar fue nombrado por el gobernador Guerra Tulena con bombos y platillos, que hoy rimbomban con la auditoría de la Contraloría departamental que dice que “no realizó defensa jurídica sobre los recursos de inembargabilidad”. Aún retumban las denuncias de la presidenta del sindicato diciendo que en los embargos está el negocio corrupto que acaba con el hospital. Nadie mide las consecuencias de tan despiadado acto. ¡Nadie!
Así mismo dice la Contraloría que no hay soporte facturado de $1.529.069.271 millones de pesos del contrato en mención. ¿Hasta dónde habrá que soportar?
Por el pésimo manejo por parte de John Bitar, la auditoria concluye tres hallazgos administrativos, tres disciplinarios y uno fiscal. Esperamos destitución y sanciones.
Los corruptos "prosperan". Radiqué un derecho de petición al gobernador de Sucre para que aclare el vínculo entre la Gobernación y su sobrino David Guerra, así como de su allegado Ronaldo Herazo, que al parecer juegan un papel primordial en toda la maraña que ocurre en esa entidad.
A los trabajadores del hospital de Sincelejo hace 5 meses no les pagan, no tienen para movilizarse, sus rostros están desencajados. Les duele que su amado hospital tenga que comprar al menudeo las bolsas para la basura debido a que el dinero se lo traga el negocio de los embargos, que por arte de magia termina convertido en majestuosas propiedades, aplaudidas por la sociedad de los antivalores, mientras los pacientes no reciben adecuada atención, e incluso los lleva a la muerte. Igual sucede en el hospital de Corozal, el cual es frecuentado por el infaltable David Guerra.
Radiqué derecho de petición ante el gobernador Guerra Tulena solicitando el costo y explicación del motivo del viaje a la China de la secretaria Privada Gina Harb Feris. No creo que exista justificación a semejante gasto en un departamento en el que abunda la miseria.
Dolor por Sucre y la administración de Guerra Tulena, que tenía todo para ser la más pulcra, pero no; tan solo activaron la ráfaga corrupta que encharca de pesimismo e impotencia a todos.
Lo que humildemente puedo hacer por Sucre lo hago desde estas líneas, que me traen más de un dolor de cabeza.
¡Paren! Por favor paren. Si la justicia no actúa entonces recurrimos a la ilusión de que les quede un tris de sensatez del cual débilmente agarrarnos.
Coletilla: se le enreda la situación al gobernador de Córdoba, Alejandro Lyons, con el asesinato de Zapa, director de regalías.
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