Columna


T5A

CARLOS VILLALBA BUSTILLO

05 de octubre de 2014 12:02 AM

Hace once años nos halagaron con la idea de que Transcaribe sería la entrada de Cartagena a la hipermodernidad. Razones tuvieron el presidente, los ministros y los viceministros para imponer su voluntad y asegurar que en tres años, a un costo que no superaría los $150.000 millones, el transporte en la ciudad recibiría un vuelco rotundo. El primer resbalón fue con los diseños y, de ahí para acá, los retardos hicieron fila para demostrarnos que somos, como ciertos niños, un conglomerado urbano diferente.

La inversión debe estar cerca del billón de pesos, porque los inconvenientes han encarecido, más de lo razonable, un proyecto que creímos estudiado con rigor y sin resquicios dudosos. En todo caso, los resultados han desmentido las previsiones. Pero la opinión cartagenera soportó, con su estoicismo tradicional, los inexplicables disparates de un contraste entre las expectativas suscitadas y la accidentada respuesta de los responsables del sistema.

Ayer, en la página 9 de El Universal, se informó que el Concejo volvió a citar para debate a Raimundo y todo el mundo con el fin de que se aclaren los tropezones del Tramo 5A, pues otro incumplimiento en la entrega de las obras sacó la cara: nueve meses de plazo van ya por catorce, el pedazo de vía continúa inconcluso y reasoman demandas cuantiosas.

El problema es que los debates en el Concejo no enderezan el rumbo de la Administración y sus organismos autónomos. El gerente López se extrañó de que los concejales citantes ignoren las verdades que constan en su despacho, o sea, que nada de lo que aducirán en la sesión es cierto, y que no hay choques con el contratista, y que en noviembre Cartagena brincará de júbilo con la inauguración del tramo, sin defectos en el trazado y la pavimentación.

Confiamos en que uno o dos de los concejales repliquen con evidencias el mentís que les lanzó el gerente, porque no debe ser cierto que lo que busquen sea montar un show contra Aguas de Cartagena, Surtigás y Electricaribe. Tendrán que esgrimir argumentos que justifiquen la inminencia de demandas en ciernes contra el Distrito, no precisamente por lo que se rumore en los corrillos y mentideros, sino por conveniencia ciudadana.

Causa perplejidad que a estas alturas el Concejo no esté al tanto de lo que sucede en Transcaribe con sus obras y que el gerente de la empresa diga, con vivacidad valderramista: “Todo va bien”. O el Concejo anda por fuera del tiesto o la desconexión entre sus deberes institucionales y la suerte del transporte masivo obedece a que no monitorean el funcionamiento de las entidades clave para el desarrollo de Cartagena, mientras éstas se atrasan y gastan más de lo programado.   

*Columnista

carvibus@yahoo.es   

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