Regresé de las Islas del Rosario y me encontré con un panorama desolador: allá el maltrato al medio ambiente continúa y la falta de equidad en este tesoro marino es el pan de cada día.
Mientras los turistas gozan buceando, paseando en lancha, esquiando o comiendo langosta, los nativos deben contentarse con vender artesanías de elemental confección a precios súper baratos. La falta de educación de los nativos contrasta con su manera de ser sonriente, pero están abandonados los 700 habitantes de los pueblos internos de las Islas.
Los precios son muy altos para los turistas y las agencias no cumplen con lo que les ofrecen. Hay la que se llama publicidad engañosa. Es evidente la inequidad social, exagerada, comparada con la del resto del país.
La pobreza es absoluta: las basuras abundan. Las casas, abandonadas y a la intemperie, nos muestran un espectáculo dantesco donde falta el techo, las puertas o ventanas.
Pero todo no es negativo, el transporte es muy organizado, seguro, puntual y da tranquilidad y armonía. Los guías prestan un buen servicio, enseñan detalles curiosos y tratan a la gente con gracejos, refranes y usan el argot caribeño.
Es deplorable que para prestar cualquier servicio: visitar el acuario, bucear, pasear en canoa, haya que pagar los más altos costos. Pero las Islas siguen siendo un destino atractivo por la belleza de la naturaleza y la alegría de sus habitantes. Es importante que los cartageneros la cuidemos y no matemos a la “gallina de los huevos de oro”.
Hay que mejorar el producto con “senderos ecológicos”, caminatas guiadas y abrir nuevos puntos de interés como Mompox, San Jacinto y San Juan. El centro histórico y la “hora/sol” en la playa, no bastan para que los turistas solventes y el llamado “turismo social” regresen a Cartagena. Recordemos aquello de que “turista satisfecho, genera más turismo”.
El viaje obligado de los turistas en su visita a Cartagena sigue siendo a las Islas del Rosario, pero los dividendos del turismo deben irrigar a toda la población. La deuda social con los nativos de las Islas es enorme.
Por último, es necesario que los viajeros conozcan las épocas con la temperatura sea más propicia para la diversión de los turistas que generan la “industria sin chimeneas” más importante del país.
*Directora Unicarta
saramarcelabozzi@hotmail.com
Comentarios ()