Columna


Un megaproyecto sostenible

RAFAEL VERGARA NAVARRO

21 de octubre de 2015 12:00 AM

Frente al cambio climático y aumento del nivel de mar, en la campaña a la alcaldía el compromiso de los candidatos se redujo a estar de acuerdo con el Plan de Adaptación 4C. Siendo estratégico fue un tema más, transversal que dicen.

Se oyó la obligación inaplazable de construir la avenida del Bicentenario y la 1ª de Bocagrande, pero poco se oyó de la tragedia anunciada para las 25.000 viviendas en alto riesgo y, en 2040 serán 56.000, es decir, el 29% de la gente de 26 barrios de estratos 1 y 2, vulnerables a la inundación. Es ese 26% del pueblo en pobreza extrema que crece con migrantes, y otros que no están en estadísticas e invaden día a día y sin control, cuerpos de agua y zonas de riesgo.

Es esencial porque Ideam, Invemar y el POT alertaron y aunque en 2008-2011 se habilitaron terrenos en Ciudad del Bicentenario y se construyó vivienda popular, el ritmo para atender la población vulnerable es insuficiente. Incluso, las alianzas con el sector privado y las viviendas gratuitas de Santos, distan de ir al fondo, valorando y previniendo con rigor la ascendente amenaza de tragedia.

En las islas, La Popa, Marlinda y Villagloria (delta de la ciénaga y el mar), zona suroriental, 11 de noviembre hasta el Pozón, Albornoz, 3 de Junio, Henequén y Cospique, la amenaza va en coche y la prevención a pie.

Trasversalizar el 4C es diluirlo y hay que incluir en el Plan de Desarrollo la construcción de esas 25 mil viviendas, un Megaproyecto Estratégico para hacer en 4 años. Requerimos un alcalde que piense en el bien común, entienda, lidere y convoque, trabaje con las fuerzas políticas, económicas y sociales de aquí y del país. Que dinamice sociedad, economía y empleo, haciendo de la acción solidaria y preventiva un motor del desarrollo, en verdad, sostenible.

Una empresa de esta magnitud salva vidas y las recuperará de la informalidad al darles empleo y casa. Igual permitirá recuperar los ecosistemas y zonas de protección hoy irrespetadas. No habrá riesgo de licitaciones sin empresas de ingeniería, ni de las industrias que suministran los materiales. Se multiplicará también el empleo calificado y de servicios.

Por ser una adaptación al cambio climático, además de subsidios, obtendría créditos externos o nacionales, incluso no reembolsables o blandos. La exclusión e índices de pobreza bajarían y se mejoraría el índice de Gini y el ambiente del postconflicto.

Como cuando se construyeron las murallas, los peligros que nos trae el nivel del mar tienen que ser una oportunidad de unirnos en la diferencia y defender a los amenazados de Cartagena de Indias.

*Abogado ambientalista y comunicador.

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