La Alcaldía de Cartagena junto con empresarios y universidades de la ciudad le pagaron a la revista Semana para que hiciera un publirreportaje que promocionara a «la fantástica».
Se supone que lo que pretende la edición especial de Semana, es mostrar a Cartagena de Indias como una ciudad que avanza desde lo industrial, turístico, académico y cultural. No entraré a cuestionar los publirreportajes –aunque pienso que muchas veces atan al medio que los publica, el cual deja de ser imparcial con el gobernante, empresario o la persona que lo contrata-, en cambio sí cuestionaré el video publicado en YouTube con el cual la revista promociona el especial de 260 páginas.
El video tiene una duración de seis minutos treinta y siete segundos, en él comienza Alejandro Santos, director de la revista Semana, diciendo: «Pocas veces en la historia el poder de la información ha sido tan importante para lograr un efecto transformador en la realidad», y luego escuchamos a gerentes de hoteles reconocidos, al alcalde Dionisio Vélez, al gerente de la Sociedad Portuaria, a Juan del Mar y al director de una universidad, opinar sobre la ciudad y sus avances, cada uno de ellos desde el sector que representa. Lo lamentable es que en el video, el cartagenero común y corriente (ese que no pagó por el publirreportaje), es relegado a un segundo lugar y solo se le escucha diciendo que aquí «no somos flojos», que saludamos y nos expresamos con un efusivo «todo bien», «vale mía», «cógela suave», «estás chévere» y otras palabras que no dicen absolutamente nada comparado con todo lo que tiene que expresar la ciudadanía cartagenera.
Conversé sobre el video con gestores culturales, académicos e investigadores cartageneros, y les citaré algunas de sus opiniones: I) «Se siguen reproduciendo lugares comunes como las calles del Centro Histórico, las murallas; solo utilizan prescriptores que hablan desde sus lugares, desde el turismo, la actividad portuaria e intentan balancear con el mercado de Bazurto más desde lo exótico que otra cosa». II) «Los lugares que le asignan a los sujetos que allí muestran son terribles: lo primero es que solo quienes hablan en sus términos de progreso y desarrollo económico, son los empresarios, al parecer los únicos que se benefician de que Cartagena siga siendo vendida como La Fantástica. Lo segundo, es el lugar que le dan al cartagenero en el video, no sale de la categoría de lo exótico, solo para hablar de música, para reforzar el estereotipo, los dichos populares, el baile, lo cual no está mal, pero representarlo solo como eso, es una forma de violencia simbólica. Nos dicen en la cara que esta ciudad es para todo el mundo menos para el cartagenero. Que el cartagenero debe simplemente adornarla con su baile, su forma de hablar y su gracia», III) «El video presenta algunas percepciones de Cartagena la turística, la industrial, la política, pero crea una nueva exclusión frente a la clase media y el trabajo cultural que se hace en la ciudad, en resumen, el video tiene un sesgo que sería bueno superar».
Miles de personas verán el video que ya circula en las redes sociales pero muchas de ellas jamás comprarán la revista, quedándose solo con la imagen distorsionada y egoísta que nos muestran en seis minutos de «la fantástica». Es importante que el señor Alejandro Santos tenga en cuenta que para lograr un efecto transformador en la realidad, no basta con maquillar una ciudad y venderla como un producto exótico, que videos como el que su revista publicó solo refuerzan estereotipos que contribuyen a aumentar la brecha social que padece la ciudad y que tanto daño le está haciendo al cartagenero de a pie, ese que invisibilizan y desplazan silenciosamente y que solo está obligado a decir «todo bien, no soy flojo», mientras padece la desigualdad y la exclusión. Se trata entonces de un video desafortunado con un mensaje equivocado que sigue circulando.
Twitter: @ _ajaytuque
Comentarios ()