Columna


UN PERIÓDICO ALLÁ-CONVERSOS

DARÍO MORÓN DÍAZ

05 de mayo de 2018 12:00 AM

El periódico norteamericano, The Wall Street Journal, de Rupert Murdoch, un empresario de conocidas ideas derechistas, designó a la editora Mary Anastasia O’Grady, para que en sus columnas cuestionara permanentemente el proceso de paz de La Habana; misión que cumpliría con tergiversaciones y falacias contra los acuerdos entre las partes, bajo su óptica fascistoide. De contera no perdía la oportunidad para desfigurar las actuaciones del presidente Juan Manuel Santos.

Es conocida la amistad de Murdoch con el expresidente Álvaro Uribe, que frecuentemente es invitado al periódico. El empresario en una ocasión, con una avilantez del tamaño de las montañas Apalaches, dijo que el Premio Nobel de Paz debió concederse a Uribe y no a Juan Manuel Santos. El Journal continúa en su empeño de dar noticias que comprometen los alcances del proceso de paz, mezclando, arbitrariamente, en hechos anómalos a guerrilleros que firmaron la paz.

Recientemente se hizo eco de una acusación contra Iván Márquez, siguiendo el mismo esquema que se utilizó para crear el caso de Jesús Santrich, orquestado por la DEA.

Ese episodio lo debe definir la justicia colombiana y no un juez norteamericano, como lastimosamente viene ocurriendo desde hace unos años. Esa actitud genuflexa de la Justicia colombiana: “pruebas concluyentes”, fue lo que provocó el pronunciamiento del candidato Humberto de la Calle Lombana a invocar la Seguridad Nacional para evitar que se destruya la paz en la mayoría del territorio, que antes de ese acuerdo vivió en un estado de guerra permanente con víctimas humildes.

Pero sobre todo que Colombia haga valer su condición de país independiente y soberano, y no aparezca como una colonia del Tío Sam. La actitud vertical de De la Calle Lombana ha sido digna y así lo ha interpretado la dirigencia intelectual del país, inclusive José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch.

Conversos- Ante la desfiguración de los partidos y de su ideología, por la ausencia de direcciones democráticas, ahora se observa con más frecuencia la trashumancia de personajes que pasan de una orilla a otra sin el menor reato de conciencia; son los conversos politiqueros vergonzantes que medraron en un partido, y, aquí me refiero especialmente al Partido Liberal de Uribe Uribe, Ezequiel Rojas, López Pumarejo y Gaitán; para pasar a otras toldas ayunas de contenido, de ética y dignidad.

Basta revisar las orillas donde se refugiaron y transitan esos personajes para saber que son los conversos proclives a todo tipo de delito, sin moral, que participan en las ferias de latrocinio y violación de los códigos. Y sin tener que responder ante un partido organizado. 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS