“Esta columna se publicó el 28 de agosto de 2010; en esa época ninguna autoridad oficial o grupo de opinión de la ciudad reaccionó. Ahora, ante la leche derramada, pululan los comentarios. ¡Así somos!” Desde tiempos inmemoriales construir un túnel o un puente entre Bocagrande y Tierrabomba, para extender la ciudad a esa zona privilegiada, era una ambición sentida pero no hubo la audacia necesaria de los gobernantes de la urbe para impulsarla, ni mucho menos el interés de los poderes centrales. Construir un túnel en las playas de Crespo nos parece una lucubración por fuera de toda lógica. Sin embargo, una draga extrajo arena del mar en ese sector para aumentar la extensión de la playa y ¡construir un túnel! Es increíble que en pleno siglo XXI, no se haya construido un puente o un túnel entre Bocagrande y Tierrabomba, o la isla de Manga.
Si de túneles se trata, esos atajos se utilizan para acortar distancias, ya sea atravesando montañas o para unir territorios por debajo del mar o extensiones de agua. Túneles hay en Europa y Norteamérica. El más famoso es el Eurotunel entre Francia e Inglaterra, por debajo del Canal de la Mancha. También existen en la isla de Manhattan, uno más cercano es el de La Habana, construido en los 50. Vale la pena, aun cuando no es comparable el ejemplo, relacionar a Cartagena con Río de Janeiro, una urbe circundada por mar, montañas, lagos y bahía, por lo cual la cruzan innumerables túneles que unen sus islas. La ciudad de Río recuperó sus playas quitándole tierra al mar para construir el hermoso paseo de Copacabana. En Dubái extrajeron arena del fondo marino y crearon islas artificiales que convirtieron en complejos urbanísticos; obra interesante de la ingeniería en la era moderna. Y qué decir de Holanda, país que le disputó espacio al mar. Sin embargo, en Cartagena, con tantas necesidades viales, prefieren impulsar ese embeleco del túnel, ajeno al sentido común, en lugar de ensanchar las playas para evitar el efecto de las mareas que cada vez tienen más capacidad de destrucción para la ciudad, como lo demuestra un estudio de la Escuela Naval Almirante Padilla. Un túnel en esa zona marítima requerirá un mantenimiento permanente por el daño de la salinidad y potentes plantas de purificación de aire debido a los gases contaminantes que expulsarán los vehículos automotores. El túnel generaría un gasto exorbitante. Cartagena requiere obras prioritarias.
Se debe recuperar del mar lo que él se ha llevado, pero para hacer avenidas costeras, amplias, con espolones y no un túnel que nada aportará a la defensa y belleza del entorno.
(1) El Universal, 28 de agosto de 2010
*Exdirector de El Universal. Académico de Medicina e Historia.
dmorond@gmail.com
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