Columna


Una tormenta necesaria

JOSÉ FÉLIX LAFAURIE RIVERA

11 de junio de 2017 12:01 AM

Después de décadas de secuestro, extorsión, narcotráfico y minería ilegal, las Farc amasaron una inmensa fortuna, pero hoy se declaran pobres para convertir el Acuerdo Final en un gran lavado de activos.

En la prensa del 6 de junio me topé con una de esas grandes incoherencias del Acuerdo. Mientras se anunciaba que está “Listo el dinero para el partido de las Farc” –3.565 millones de pesos de sus impuestos, amigo lector–, el Fiscal destapaba la riqueza fariana, que va en 1,1 billones en activos incautados, pero que sorprenderá al país cuando arroje más resultados el trabajo de 300 investigadores que examinan 5.500.000 archivos, acopiados por la Fiscalía en más 50 mil procesos, sin que nada se hiciera con ellos hasta ahora. Cómo creerle al presidente cuando afirmaba en 2016 que “No hemos logrado detectar esas fabulosas cuentas que dicen que tiene las FARC”.

Y como “plata llama plata”, además de la escondida en 900 caletas –cifras de Timochenko–, de la colocada en paraísos fiscales y de la que el Gobierno “tiene lista”; a la que declaren el 1º de agosto, como manda el Decreto 903 de 2017, ya le dieron “voltereta” para que llegue lavada a financiar el ingreso de las Farc a la política.

El Fiscal General denunció la trampa en el decreto, cuyo artículo 4º establece que los recursos del Fondo Fiduciario constituido con bienes de las Farc, se destinarán a la reparación de víctimas y “a la implementación de los programas contemplados en el numeral 3.2.2 del Acuerdo Final”, numeral que se ocupa de la reincorporación económica y social de las Farc, incluyendo su cooperativa, centro de pensamiento y proyectos individuales o colectivos. Adicionalmente, la administración del Fondo se decidiría por “recomendación” de la Comisión de Seguimiento, es decir, debidamente consensuada con las Farc.

Las Farc arremetieron contra el Fiscal, al punto de poner al ministro del Interior a exigirles respeto, y el comisionado Jaramillo calificó el decreto de “chambonada”, mientras El Tiempo editorializaba desdibujando las denuncias como “tormenta innecesaria”.

“No es un asunto menor”, le replicó el Fiscal al director del periódico, advirtiendo que el Decreto materializa el propósito del Acuerdo del Teatro Colón, que en bienes de las Farc, “sibilinamente recurre a una jurisprudencia para preservarle a los desmovilizados una parte de sus recursos ilícitos”, al tiempo que denunció la participación de las Farc en las decisiones sobre el Fondo como “una profunda merma a la soberanía presupuestal del Estado”. Definitivamente, una tormenta necesaria en defensa de las instituciones.

Nota bene. Lluvia de regalos. Mientras el Gobierno quiere devolverles plata y materializa las 16 curules gratis, no para las Farc, pero sí para sus “comunidades”, Odebrecht le regalaba a los Parody una carreterita pavimentada.

 

@jflafaurie

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