La elección de Iván Duque como presidente personifica el regreso del uribismo al poder y una amenaza muy seria a la construcción de la paz en Colombia. Pero, ¿por qué ganó Duque?
Duque ganó porque la derecha colombiana es pragmática para hacer alianzas. Disfraza de acuerdos programáticos los que son componendas personales, mientras que la izquierda y los independientes disfrazan de desacuerdos programáticos lo que son rencillas particulares. Por eso César Gaviria, Vargas Lleras, Juan Carlos Pinzón, muchos congresistas de la U y liberales apoyaron en segunda vuelta a Duque, mientras que Robledo y Fajardo decidieron apoyar el voto en blanco y no a Petro.
Latinoamérica nos ha demostrado que cuando la izquierda y los independientes se unen, frenan a la derecha autoritaria. En Chile, en 1989, una coalición de partidos de izquierda y centro derecha conformó lo que todavía se conoce como Concertación Democrática, para frenar el triunfo del candidato afín a Pinochet.
En 2011, en Perú, una coalición de partidos de izquierda, a la que se sumó el apoyo en segunda vuelta de intelectuales de derecha, como el Nobel Mario Vargas Llosa, lograron que Ollanta Humala le ganara las elecciones al fujimorismo reencarnado en Keiko, hija del exdictador. Pero en Colombia no pudimos repetir lo logrado en la segunda vuelta de 2014, cuando sectores de izquierda e independientes apoyaron a Santos con el propósito de que continuara el proceso de paz con las FARC.
Justamente, hoy es la agenda de paz la que peligra. Es muy probable que las negociaciones con el ELN se suspendan y la implementación del Acuerdo de paz con las FARC enfrente serios obstáculos. Una de las promesas de campaña de Duque era hacerle “modificaciones” al Acuerdo: esta semana somos testigos de la suspensión en el Congreso del debate sobre la reglamentación de la Justicia Especial para la Paz (JEP), por presión de las mayorías del hoy presidente electo.
No es casual que nombres como el del José Félix Lafaurie suenen para Ministro de Defensa. El dirigente gremial afirmó que la restitución de tierras era una estrategia de control territorial de las FARC, y de seguro pensará igual de algunos puntos del Acuerdo, como la Comisión de la Verdad, los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), el Fondo de Tierras y el Catastro Multipropósito.
Se viene un uribismo recargado, más ideológico y con aires de tecnocracia. Que se preparen la izquierda, los independientes y la ciudadanía, que podrán estrenar el Estatuto de la Oposición y deberán preparar alianzas estratégicas para las elecciones locales en octubre de 2019.
Las opiniones aquí expresadas no comprometen a la UTB o a sus directivos.
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