El gobierno colombiano ha sido pasivo en la obtención de las vacunas contra el COVID-19, lo que contrasta con la activa acción de Brasil, Perú y México; que aseguraron vacunas para su población. La pasividad colombiana guarda relación con las tradicionales posiciones subalternas frente a las “Multinacionales farmacéuticas” (1)* que han impuesto sus reglas a los ministros de Salud del país. Ya se promocionan varias vacunas: Moderna, Oxford, Astrazeneca, Johnson y Johnson, Pfizer y Biotech y Rusia que lanzó la Vacuna Sputnik V, bien referenciada. Ya más de 20 países la pidieron. La coyuntura vislumbra una “guerra comercial” que sacrificará las víctimas del COVID-19 en el mundo.
(*) “RENUNCIA DE LOS NEGOCIADORES”-Tres negociadores del Ministerio de Protección Social en las rondas del Tratado de Libre Comercio (TLC), sobre la propiedad intelectual y los medicamentos, renunciaron a seguir participando por considerar que serán contrarias a la salud de los colombianos. Sergio Isaza Villa, presidente de la Federación Médica Colombiana, expresó la solidaridad con los funcionarios renunciantes en razón a esa demostración de altivez y nacionalismo tan escaso en otros miembros del gobierno. Destaca Isaza Villa que el TLC obedece a una política de Estado consecuente con compromisos políticos adquiridos por el presidente Uribe. La Federación, desde un principio se opuso a que en esas negociaciones del TLC se incluyese el tema de la salud. De la misma manera la Academia Nacional de Medicina y la Academia de Cartagena, manifestaron su preocupación debido a que la propuesta norteamericana es opuesta a los intereses nacionales.
(**) “T.L.C. Y SALUD- En Doha Qatar en noviembre de 2001 la Organización Mundial de la Salud (OMS) expidió una resolución que dio prelación a la salud y eliminó las prerrogativas a las patentes de las “Multinacionales Farmacéuticas”. Los tratados bilaterales de los Estados Unidos y el Tratado de Libre Comercio (TLC) que se apresta firmar Colombia, deja por fuera lo aprobado por la OMS, y conceden privilegios a tales empresas, en materia de propiedad intelectual. De esa guisa impondrán las “drogas de marca” más costosas en un 65 por ciento. Germán Velásquez, de la OMS, afirma que de firmarse el TLC con tales prerrogativas el aumento de los precios de los medicamentos superará el poder adquisitivo de la población. La posición genuflexa del gobierno colombiano contrasta con la de Sudáfrica, Brasil y la India en la OMC el año 2000 lograron hacer prevalecer el paradigma “la salud por encima de las patentes”. ¿Nos quedaremos sin vacunas?
(1) (*)- “HUMANISMO, MEDICINA Y OPINIÓN-2007-UNIVERSIDAD DE CARTAGENA. “Renuncia de los Negociadores” (págs. 156-158).
(**) “T.L.C Y SALUD”: (Pág: 158-159).
*Exdirector de El Universal. Académico de Medicina e Historia.
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