El pasado 19 de abril celebramos el “Día Mundial de la bicicleta”. Esta fiesta es internacional, especialmente celebrada en Dinamarca, Holanda, Francia, Suecia, Bélgica, España, Alemania, y Argentina según la Revista “Wired.”
Sin embargo, quedaron faltando Medellín y La Habana, dos ciudades cuyo clima permite andar en el “caballito de acero” para hacer diligencias, visitar a un amigo o, hacer deporte. Todo esto bajo la suposición de que en estas ciudades fluye con todo su esplendor la “eterna primavera”.
Hace muchos años, el ciclismo era el deporte nacional. La Vuelta a Colombia en bicicleta era de multitudes, en las montañas, en los valles y sabanas colombianas. Desde sus inicios, los escarabajos de oro como Ramón Hoyos Vallejo, pentacampeón colombiano, Cochise Rodríguez, o Javier Suárez, hacían delirar a los radioescuchas y a los aficionados en cada pueblo donde llegaba la vuelta con su alegría y emoción.
En visita reciente a “la capital de la montaña” quedé maravillada al ver a mujeres, hombres y niños, tirando su “percha” deportiva y con sus cascos apropiados: no es lo mismo un casco aerodinámico como el de ruta, al casco urbano que ofrece mayor protección y rigidez, que vienen con visera para el sol, ideal para la ciudad.
Mis amigos en Medellín me regalaron una edición especial de la revista “Biker” donde cabe todo lo que hay que saber sobre el arte de “pasear en cicla”. Encontré un artículo titulado “Calentar: un tiempo bien invertido”. Calentar nos permite una práctica más confortable, segura y alejada de lesiones. También hay un artículo interesante, “Minibikers”, donde se le dice “adiós a las rueditas auxiliares”. Pero resplandece el agradecimiento eterno a Ramón Hoyos: “Algunos de los que están más gomosos con la bici hoy, quizá no sepan quién es. O que lo asocien al almacén de bicicletas con su nombre en el centro de Medellín, desde hace 56 años, el cual él mismo fundó. Pero hoy nos referimos a Ramón Hoyos Vallejo, no solo como empresario, sino, muy especialmente, como el gran deportista que fue, como el único pentacampeón de la Vuelta a Colombia en sus 64 años: 1953, 1954, 1955 1956, y 1958.”
El 19 de noviembre de 2015 falleció el escarabajo nativo de Marinilla, quien dejó de estudiar para ayudar a sostener a sus 17 hermanos. En su honor, abundan las ligas de ciclismo en Medellín, donde se nota que este invento del Siglo XVI es el más adecuado para el Siglo XXI, porque protege el verde de las ciudades, no ocupa mayor espacio y es un espectáculo que asciende a las montañas. No en vano el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, incentiva y bonifica a quienes pasean en la bici, la cicla, o la bicicleta.
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