HG Wells escribió “La máquina del tiempo” en 1985. Con ella inauguró el género de la ciencia ficción.
Mucho tiempo después, corría el año de 1985. Él era un adolescente inquieto con un amigo genio a quien cariñosamente apodaba “Doc”. Su amigo robó plutonio para poner a funcionar su maravilloso invento, una máquina del tiempo. Los dueños del plutonio regresaron y mataron a Doc. Tratando de cambiar ese trágico presente, el joven usó la máquina del tiempo y viajó para tratar de evitar la muerte de su amigo. Por accidente llegó a 1955 y luego de muchas peripecias logró cambiar el futuro de sus padres y evitar la muerte de su amigo. Como en 1955 no había plutonio, la única forma de obtener energía para activar la máquina y regresar a su época era usando la de una tormenta eléctrica que afectaría al pueblo el 12 de noviembre de 1955. Por fin logró regresar a 1985. Más adelante le tocó viajar al futuro, al 21 de octubre de 2015, es decir hoy, para evitar desastres en su descendencia. Lo anterior es un mal resumen de la famosa saga de la trilogía de “volver al futuro”.
Hasta 1985 los alcaldes eran nombrados por los gobernadores. Con la buena intención de democratizar las cosas, se celebró la primera elección popular de alcaldes en marzo de 1988. Por múltiples razones, a partir de esa fecha Cartagena ha tenido más de 15 alcaldes. En ese tiempo Madrid ha tenido seis, Nueva York cinco y Paris cuatro. Ustedes lo saben, soy un demócrata consumado, pero a veces me pregunto si tanta democracia nos ha servido de algo. ¿Será que nos devolvemos a marzo de 1985 para cambiar el futuro que ya hoy es nuestro triste pasado? Y no quiero pecar de apocalíptico pero ustedes lo padecen día a día y no me dejaran mentir. Las cosas no están para dejarlas pasar.
Estamos en un momento crucial de nuestra ciudad. Sería fantástico viajar en el tiempo, al futuro, 20 o 30 años adelante y ver si fuimos capaces de cambiar nuestro destino: ¿hicimos la avenida bicentenario?; ¿construimos un sistema de parques adecuado?; ¿edificamos un sistema de transporte terrestre y acuático?; ¿destruimos las murallas que separan hoy a las dos Cartagena?; ¿logramos una red de salud adecuada?; ¿se erradicó la violencia fratricida?; ¿edificamos un futuro sostenible sobre los cimientos de una educación de calidad?
O será mejor tomar la máquina del tiempo y que entre todos hagamos un corto viaje al futuro. Tan solo debemos llegar al próximo 25 de octubre de 2015. Puede que ustedes crean que no vale la pena. Y no cometeré el atrevimiento de decirles por quién votar. Pero estamos a tiempo de cambiar nuestra historia. Y parafraseando una de las más hermosas canciones de “El maravilloso mago de Oz”, “mañana empieza hoy”: “Nunca es tarde, nunca te rindas, deshazte del miedo, mañana empieza hoy”. Es posible que el mañana empiece el próximo domingo.
*Profesor Universidad de Cartagena
crdc2001@gmail.com
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