Indudablemente el modelo disruptivo establecido en las elecciones de Cartagena y muchos sitios en el país, ha enviado un mensaje a los partidos políticos y a quienes representan un liderazgo democrático en Colombia.
Se han hecho muchos esfuerzos ciudadanos, políticos y académicos para moldear la democracia colombiana y mejorar su representación; darles espacio a las minorías étnicas, a la mujer y a los sectores diferenciales; permitir el pluralismo y la deliberación y estrenar la norma del estatuto de la oposición. Pretendiendo innovar en democracia y sobre todo determinar esquemas que disminuyan y eliminen la corrupción; de eso nos hemos encargado desde la Constitución del 91, tratar de establecer un mecanismo democrático ideal, que permita tener un mejor gobierno y desarrollar una mejor sociedad.
En ese orden de ideas, la ley plantea claramente que los organismos colegiados, Congreso, asambleas y concejos deberán aplicar la norma y hacer una declaratoria pública de su posición frente al gobierno elegido y dicta claramente que lo tendrán que hacer el mes siguiente al inicio del gobierno.
Esto trae como consecuencia la organización y el orden democrático que debe imperar en el ejercicio del control político que corresponde a dichas corporaciones, permite jugar con reglas claras y públicas que fortalecen el ejercicio de la democracia y mantiene el sistema de pesos y contrapesos, que busca disminuir los niveles de corrupción y aumentar los niveles de participación y confianza.
Para el caso de Cartagena, cada partido tendrá que establecer en acta un vocero y declarar su posición política frente al gobierno, así la ciudad podrá saber de qué lado estará el Concejo. Guardar silencio frente a esta obligación acarrea sanciones, pero más allá de eso, sesga la posición de la corporación en el ejercicio del gobierno.
El Concejo no puede jugar entre primera y segunda, tendrá que afrontar con claridad su posición.
Es una gran oportunidad para el gobierno demostrar su capacidad de gestión, ejecución e independencia y al mismo tiempo, una máxima responsabilidad del Concejo para que demuestre su capacidad de liderazgo y control político, sin que sea mal interpretado y al mismo tiempo proponer nuevas ideas de desarrollo social de manera constructiva y objetiva.
Este gobierno inscribió prácticamente dos promesas, combatir la corrupción y la pobreza, nos daremos cuenta de qué lado estará el Concejo y si el gobierno distrital es capaz de cumplir el mandato ciudadano.
*Consultor de Gobierno
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