Columna


Y ocurrió…;(parte II)

MIGUEL YANCES PEÑA

09 de diciembre de 2013 12:02 AM

Lo ocurrido en la subestación Bocagrande fue más grave y aleccionarte de lo que dejó entrever la información proporcionada para este medio, por los funcionarios encargados en  Electricaribe.

Inicialmente se presentó una falla en el tramo subterráneo de una de las dos líneas que alimentan la subestación, quedando atendida toda la demanda con la que quedó en servicio. Pero como es sabido y lo hemos expresado, al no poder soportarla, terminó averiándose por sobrecarga en el tramo submarino, y la Subestación Bocagrande se apagó.

La oportuna reacción de las cuadrillas de mantenimiento que lograron recuperarla en tiempo record, evitó que las pérdidas y el traumatismo fueran mayores.

Aunque la simultaneidad (que es muy probable de haber sido un agente externo, pues los tramos aéreos y submarinos van por la  misma ruta) no se dio, hubo un efecto cascada: la falla en una linea terminó quemando por sobrecarga la otra, porque ninguna de las dos, dada su antigüedad y maltrato, quedó demostrado, pueden por sí solas con la demanda de potencia en horas pico de la subestación.

Un operador cuidadoso, habría efectuado racionamientos escalonados en esas horas para evitar la sobrecarga y posterior falla de la única línea que quedaba en servicio, y mantendría un ajuste apropiado en las protecciones para desconectarla antes de que esta fallara. Y un planeador precavido ya habría implementado cualquiera de las soluciones que enunciamos en la columna anterior, para evitar daños y racionamientos en esta zona de la ciudad tan sensible a las fallas eléctricas por ser turística.

Se nos ha informado que la empresa próximamente reemplazará el tramo subterráneo que está tendido bajo el paseo peatonal, por uno nuevo que seguirá paralelo a la playa de la Calle Quinta (palos de ciego porque el tramo critico es el submarino), y que en el 2017 está previsto un nuevo tramo submarino apartado de los actuales.

Háganlo como lo hagan, el objetivo tiene que ser que lo ocurrido no vuelva a ocurrir, ni en Bocagrande ni en ningún otro sitio de las zonas servidas, para lo cual es necesario planear el sistema para que pueda soportar contingencias sencillas (n-1) sin provocar racionamientos, ni sobrecargas. No es correcto porque conduce a soluciones imperfectas, el decir que se trató de una contingencia doble (n-2) porque fallaron las dos líneas.

Como lo analicé arriba, fue una contingencia sencilla (n-1), que al no estar el sistema en condiciones de soportarla, y haber errado en los ajustes de protecciones y en la operación, provocó la otra contingencia.

Como tampoco es correcto encontrar excusas a lo ocurrido, cuando lo que ha dejado este experimento indeseado, es una gran enseñanza a los incrédulos que desatendieron las alarmas que están prendidas de tiempo atrás, y que  en esta columna hemos socializado.

*Ing. Electrónico, MBA

movilyances@gmail.com

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