Y todos los días los diarios publicaban tonterías, todos los días, todos los días, entonaba el cantautor argentino Piero, en décadas pasadas, mientras la gente trataba de equilibrar las malas noticias de los medios, con baladas y canciones de protesta o románticas composiciones.
Hoy, ya no es posible abrir el diario, ni prender la tele, sin encontrar la barbarie anunciada por la Biblia, por Marx, Engels y Lenin. Estamos ante la tercera guerra mundial, religiosa, sexista, económica, militarista, islámica, guerra de guerrillas, mensajes de odio y de irrespeto por el otro, por lo otro, por la otredad.
Por eso me refresqué tanto cuando un colombiano, un caleño, cruzó victorioso la meta en la etapa quince del “Tour de France”, el mismo donde el jardinerito de Fusagasugá, Lucho Herrera, alfombró con flores las carreteras en los Alpes y puso a Colombia en el pódium de los ganadores.
Esta vez fue Jarlinson Pantano, quien con una fortaleza encomiable, y un grandioso “ejercicio de fe”, como lo llamó la Agencia de Noticias española, EFE, quien derrotó en la meta final al polaco Rafal Mayka. El caleño de 27 años sacó del anonimato a su mamá, papá y novia, quienes describieron su personalidad, disciplina y amor por Colombia.
Mientras el paro camionero tranca las vías, alienta saber que un solo ser, subiendo y bajando vías en el primer mundo, sacó la cara por nuestro país, denominado desde las épocas de Pablo Escobar, “ese pequeño país de café y cocaína”.
¿A qué partido perteneces, Jarlinson? ¿Tienes idea del Proceso de Paz en La Habana? ¿Qué piensas del postconflicto y la justicia transicional? ¿Entre Santos y Uribe, en cuál esquina estás tú? Son todas preguntas que me hago cuando pienso en nuestros deportistas en el exterior.
¿Y Nairo Quintana? ¿Quién le enseñó a dar sus primeros pedalazos? Y, cuando se acercan los Olímpicos de Río, ¿conmoveremos multitudes con Catherine Ibargüen, como en el pasado reciente? Fútbol, béisbol, ciclismo, boxeo, pesas, tiro, nos han hecho brillar en el mundo, mucho más que los políticos corruptos, los burócratas, los mediocres que sólo ven en el trabajo la posibilidad de enriquecerse y no la de obtener su realización personal nutriendo los bienes de un país en desarrollo.
Con tu nombre pintoso, Jarlinson Pantano, nuestro ciclista estrella, evoca la memoria de otro ciclista del Tour de France, llamado Pantini, con la diferencia de que este último murió en extrañas circunstancias, irrepetibles para los deportistas de gran pundonor por su camiseta.
Enhorabuena los ciclistas colombianos nos dieron permiso de ver la tele, para no pensar solo en Niza, Turquía, Orlando, Venezuela…
*Directora Unicarta
saramarcelabozzi@hotmail.com
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