Columna


¿Poner o parar bolas?

RODOLFO DE LA VEGA

12 de diciembre de 2009 12:00 AM

RODOLFO DE LA VEGA

12 de diciembre de 2009 12:00 AM

Es frecuente en nuestro país, tanto en la Costa como en el interior, usar expresiones como poner bolas y, más frecuentemente, parar bolas, para reclamar nuestro interés sobre determinado asunto. Por ejemplo: No le estás parando bolas a mi advertencia, después no digas que yo no te avisé. O, ponle bolas a Francisco, porque es un enemigo peligroso. Lo que más nos llama la atención es que unos usan “poner bolas”, y otros, “parar bolas”. Hablando de este asunto con mi amigo Alfonso Arrieta, muy aficionado al billar, me lo explicó así: A mi juicio, la expresión correcta es poner bolas y tiene su origen en el billar, ese maravilloso deporte de salón que se practica sobre una mesa cubierta de paño verde, unas bolas que originalmente eran de marfil y unos tacos de madera. Por regla general el billar se juega en establecimientos donde también se expenden bebidas alcohólicas. Por tal motivo, las autoridades prohíben en esos sitios la presencia de menores de edad. Pero muchos jovencitos son aficionados al deporte de la mesa, las bolas y los tacos y puede darse el caso de que unos jovenzuelos acudan a un billar-cantina y uno de ellos diga: ¡Coime, bolas!, transcurren unos momentos y el coime ni se mosquea, por lo que otro de los jóvenes insiste, ¡Coime bolas!, pero el coime sigue impertérrito. O sea, que el coime no les pone bolas; no les presta la menor atención. La razón, son menores de edad y si llega un policía y los encuentra en ese sitio, el dueño de la cantina-billar tendrá problemas con la autoridad. Por eso, según el doctor Arrieta, poner o no poner bolas equivale a prestar o no atención a cualquier asunto. Pero puede darse un caso diferente. Por descuido del coime los jovencitos comienzan a jugar, cuando inesperadamente llega el dueño del billar, reprende al coime y para las bolas. Esta actitud del dueño del bar-billar lastima a los jóvenes clientes, sobre todo si exige el pago del tiempo. Puede haber otros motivos para no poner o para parar las bolas. Los participantes en el encuentro son mayores de edad, pero quien pidió las bolas tiene cuentas pendientes con el establecimiento, bien sea por tiempo de un partido anterior o por consumos de licores o cigarrillos. Como decíamos, o les niegan la atención, no poniéndoles las bolas, o ya comenzado el partido se las pueden parar. Casos como estos han sido causa de graves trifulcas. Cuando alguien trata de iniciar una actividad o un negocio utilizando un camino equivocado, le pueden decir: Estás tacando de burro, o tacando burro, término del billar cuando uno de los jugadores se equivoca de bola. Otros deportes originan también expresiones aplicadas a la vida cotidiana. Si alguien fácilmente obtiene beneficio a costa de otro, podemos oír: “Álvaro le metió a Pedro un gol entre las piernas”. Jacinto trataba de coquetear con la vecina y la esposa lo sorprendió “off side”. Y qué decir del béisbol. El tipo le pone el ojo a una chica y la conquista, pero luego le camina a la hermana de ella, está en primera y quiere robarse la segunda, pero la suegra lo pone out al tratar de robar, si su mujercita se entera lo deja y, en ese caso, se completa un “double-play”. Cuando alguien obtiene un triunfo muy rotundo, la botó de “home run” (jonrón) con las bases llenas. *Asesor Portuario fhurtado@sprc.com.co

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