La fiscal me pidió que reconociera su cuerpo. Es una solicitud que uno jamás piensa que le van a hacer. Subí con temor, pero con la idea de descubrir las razones de su muerte. A Rolando Pérez lo mataron con un martillo de construcción. Le destrozaron el cráneo. El asesino lo atacó por la espalda. Cobarde. Rolando quedó tendido en su cama. El tipo le siguió golpeando después de muerto y seguro se lavó las manos llenas de sangre. Lo conocía. Conocía su casa y pudieron sentarse a tomar un café. Habrá asistido a su funeral y lo habrá llorado. Se habrá burlado de todos, del dolor de todos, de la rabia de todos, del miedo de todos. Rolando era gay y su imperfección más grande era que fumaba demasiado. Bailaba bien, cantaba y cocinaba la mejor pasta con pesto de albahaca y vita nova. Llegó de Cuba hace muchos años y se quedó en esta tierra. Siempre le mandaba dinero a su madre, una viejita en La Habana que esperaba sus llamadas y sus buenas noticias. Era profesor de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y hasta sus malos estudiantes aún lo extrañan. Quien mató a Rolando anda caminando tranquilo por los pasillos de cualquier universidad, se sienta a tomar una cerveza en la banca de un parque, va a la misma tienda que usted va, sale a comer quizá con su hija. Se escurre como una sabandija, aprovechándose de que en este país los crímenes por prejuicio a homosexuales quedan impunes. Las diligencias de levantamiento se hacen de mala gana cuando simplemente algún vecino informa que la víctima era homosexual. Dos días después de haber encontrado a Rolando muerto, El Tiempo publicó las declaraciones del Comandante de Policía de Bolívar, Mena Bravo, quien afirmaba: “Toda la prueba que se ha recopilado, y las informaciones que hemos verificado por parte de la Policía Judicial, todo indica que los móviles fueron absolutamente pasionales por cuanto este ciudadano llevaba una vida desordenada, era promiscuo, y en su condición de homosexual, tenía varias personas como pareja”. El Coronel no conocía a la víctima y sus prejuicios lo hicieron hablar con velocidad, lástima que no es la misma velocidad con que fue capaz de resolver la situación, pues hasta la fecha el crimen sigue impune. El martes 23 de febrero a las 7 de la noche, en el Centro de Cooperación Española, la corporación Caribe Afirmativo lanza el Observatorio sobre la situación de derechos humanos de las personas lesbianas, gays, transgeneristas y bisexuales en la Región Caribe, acto que se realiza como homenaje a Rolando, justo tres años después de su asesinato. Se presentará también una página web que permita las denuncias de todo tipo de violaciones de derechos humanos de este sector de la población. Sigo escribiendo con dolor. Nada me devolverá a Rolando, nada. Otros han muerto en Cartagena en circunstancias parecidas y hasta el momento es poco lo que se sabe de cuánto tienen que sufrir las personas en esta tierra por los prejuicios violentos de algunos. *Psicóloga ayolaclaudia@yahoo.com
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