Fedegán nunca ha sido enemigo de los TLC. Por el contrario, creemos en este instrumento y lo hemos apoyado porque es necesario para ampliar el mercado. Y ese es el caso de la ganadería bovina. Un país que produce, gracias a la seguridad democrática, 1.700 millones de litros más y que logró mantener una oferta con destino al mercado de Venezuela de más de 400.000 animales equivalente canal, que le representaron al país 700 millones de dólares, tiene un sector económico que requiere un TLC para consolidar nuevas oportunidades de mercado. Infortunadamente Colombia negoció mal los TLC para el sector rural. Siempre cedió mercado, y el balance es positivo en muy pocos casos. Los acuerdos le quitan al productor nacional el mercado interno, que ya es insuficiente para absorber la oferta disponible de carne y leche. En el 2011 tendremos, por importaciones, una oferta adicional de 18.000 toneladas de leche en polvo y 8.000 toneladas de queso, que equivalen a 280 millones de litros de leche líquida, sin contar el comercio de lactosueros, mantequilla, bebidas lácteas, etc., que es casi el 10% del total procesado hoy. El impacto no se hará esperar. El año pasado, con un stock inferior en planta, el precio al ganadero cayó más de 14%. Además de no ganar mercados, la firma de los TLC tuvo un contexto muy complejo, que profundiza la indefensión del sector productor de leche por las siguientes razones: Primero, porque está conformado por pequeños ganaderos: son 400.000 productores con menos de 50 cabezas de ganado; segundo, porque la estructura de transformación está concentrada en no más de 5 empresas. La combinación de estas dos características frente a un choque externo (ingreso de productos lácteos) implica que la industria dejará de procesar la cantidad de litros que ingresan del exterior. Será a los pequeños productores a los que primero se les dejará de comprar leche, creando una presión a la baja en el precio y estimulando el mercado informal. La dinámica de los mercados es otro factor en contra del sector productivo colombiano sin medidas de protección en los TLC, o cuando el Estado no ha hecho sus tareas. Cuando se firmó el TLC con Estados Unidos hace 4 años, el contexto de precios internacionales era muy diferente, lo mismo que la tasa de cambio. Entonces, el kilo de novillo gordo en finca en EU costaba US$2, y aquí US$0,93; el litro de leche $31 centavos de dólar, y aquí 0,22 centavos de dólar. Éramos competitivos. Hoy las cosas son diferentes. Después del colapso financiero de 2008, los precios relativos de los commodities cambiaron, y en Estados Unidos la leche se transó en finca a 34 centavos de dólar y en Colombia a 41, y la carne a US$2,2 en USA y a US$1,68 en Colombia. Por ello, esta semana la prensa registró un llamado de los ganaderos americanos al Congreso de su país para ratificar el TLC con Colombia, porque están ansiosos de vender carne. De firmarse el TLC, los americanos llenarán las cuotas otorgadas y nosotros, que tenemos suficiente carne, no pondremos un solo kilo en ese mercado. ¿Qué paso con la agenda interna de admisibilidad sanitaria? Muy poco. No hemos avanzado un milímetro. El Ica y el Invima tienen la palabra. Los TLC se firman para poder llegar a los mercados. *Presidente ejecutivo de Fedegán jflafaurie@yahoo.com
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