Columna


¿Se dividen los no uribistas?

JORGE TIRADO NAVARRO

06 de enero de 2010 12:00 AM

JORGE TIRADO NAVARRO

06 de enero de 2010 12:00 AM

Cada vez es menos probable que los candidatos presidenciales no uribistas logren una alianza. Hasta el momento, los esfuerzos del ex presidente Gaviria por construir una coalición democrática como alternativa a la segunda reelección del Presidente Uribe no han conducido a ningún acuerdo tangible entre los aspirantes. El anuncio de Vargas Lleras de poner fin a sus acercamientos con el Partido Liberal, aduciendo que no está dispuesto a participar en una consulta con el Polo Democrático; la respuesta de Rafael Pardo de que no necesita de permisos para conversar con nadie, y sus declaraciones en el sentido de que las condiciones exigidas por el Polo hacen imposible un acuerdo; la decisión de Sergio Fajardo de ir solo hasta el final; sumadas a las afirmaciones de los ex alcaldes de Bogotá de que no les interesa tampoco una consulta, alejan las posibilidades de que los no uribistas puedan unirse antes de la primera vuelta. Pero, ¿cuáles son las causas de que los acuerdos entre fuerzas políticas no uribistas estén al borde del fracaso? Una es que la sola posibilidad de que Uribe no esté en la contienda electoral desincentiva una alianza entre los no uribistas. Buena parte de ellos piensa que al referendo reeleccionista se le agotó el tiempo. Consideran poco probable que la iniciativa pueda superar la revisión constitucional por parte de la Corte y que alcance el número de votos necesarios para ser aprobada. De ahí que la posibilidad de que el Presidente no pueda presentarse a las elecciones haya agudizado las diferencias de los candidatos no uribistas, haciendo más notorios sus origines y propósitos disímiles. Además, en un escenario sin Uribe ninguno de los candidatos presidenciales marca una intención de voto superior al 13%. Entre los no uribistas el más favorecido es Petro con un 12%, seguido por Fajardo con un 10%, y más abajo Pardo con un 7%. El hecho de que ninguno tenga una intención de voto superior al 15%, y la diferencia mínima que existe entre varios de ellos -que en algunos casos es inferior al margen de error- no permite la formación de una coalición alrededor de una alternativa clara de cambio. Lo anterior les hace creer a esos no uribistas que, iniciada en firme la carrera presidencial, cualquiera de ellos tiene la opción de ganar si se sintoniza con la opinión. Cada uno cree tener la posibilidad de pasar a una segunda vuelta con el candidato uribista, y recibir en ese caso hipotético el apoyo de los no reeleccionistas. Adicionalmente, la indecisión de esos candidatos no uribistas los ha dejado sin un mecanismo idóneo para consolidar una coalición que tenga posibilidades de triunfo, porque la última oportunidad para una consulta interpartidista que garantice una votación copiosa antes de la primera vuelta está muy próxima: 14 de marzo, día en que tendrán lugar las elecciones para el Congreso, lo cual hace casi imposible la medición de fuerzas, pues aún no se llega a un acuerdo, estando para fenecer la oportunidad de notificar esa decisión a la Registraduría. En todo caso, todas esas hipótesis de los no uribistas podrían fallar si se aprueba el referendo por la Corte y por el pueblo porque se sabe de la superioridad que tiene el Presidente para hacerse reelegir por segunda vez. *Abogado y periodista

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