Columna


Base Naval, fuera de lugar

LUIS ENRIQUE BORJA BARÓN

03 de enero de 2010 12:00 AM

LUIS ENRIQUE BORJA BARÓN

03 de enero de 2010 12:00 AM

La Base Naval de Cartagena, la primera nacida en Colombia y en la ciudad cuna de nuestra independencia, donde juntas han escrito buena parte de la historia colombiana, parece estar ya “fuera de lugar” a pesar de ser o quizá por esa misma razón, el Centro Naval de mayor importancia de nuestra Armada. Produce temor decirlo, por los sentimientos infinitos y aún intereses que es preciso tocar, tal como sucede cuando entre seres queridos, el destino obliga a su separación. La razón más elemental es que su crecimiento físico está limitado y el espacio que hoy ocupa lo necesita la ciudad con urgencia, pues sus instalaciones están localizadas en el sector más residencial y turístico de la ciudad. También existen otras razones, especialmente de seguridad, algunas nacidas de experiencias históricas. Una de ellas es Génova, ciudad que en la Segunda Guerra Mundial fue prácticamente destruida por tener enclavado en su zona histórica uno de los Fuertes Navales italianos, entonces de más importancia. En circunstancias similares las consecuencias pueden ser iguales. Pero, aún sin guerra mundial posible, puede suceder lo mismo con vecinos “loquitos”, como los que tenemos hoy, dueños de una irresponsabilidad inmensa igual a su capacidad económica, quienes nos pueden ocasionar daños irreparables. Para confirmarlo, hace unas décadas tuve la ocasión no envidiable de ser testigo ocasional de una situación que, de haberse hecho realidad, un error de guerra voluntario o no, habría afectado al Barrio de Bocagrande y/o al patrimonio histórico del Centro de la ciudad, en forma extremadamente grave. No sobra recordar que riesgo similar puede aún suceder con la guerra interna que soportamos. Por fortuna también estamos en momentos de poderlo prevenir. Igualmente es de importancia considerar la situación geográfica de Cartagena, que facilita la neutralización de los elementos de guerra surtos en su Base Naval, dada la rapidez y efectividad de las acciones bélicas modernas, lo cual la descalifica como posición estratégica para la Armada. Un lugar más favorable para cumplir su misión, por las costas del Caribe, solamente la pueden señalar los estrategas de la Armada, quienes están en mora de hacerlo realidad. Entiendo que ya ha habido proyectos, pero muy tímidos. Los cambios geopolíticos, las nuevas tecnologías o las simples ambiciones políticas, son igualmente razones que obligan a cambios estratégicos permanentes en la defensa de un país. La posición de la Base Naval de Cartagena debe preocupar al componente de defensa naval colombiano. Es al Gobierno Central, responsable de la seguridad nacional y en particular la de sus ciudades, a quien corresponde evitar una catástrofe en Cartagena; a la Armada Nacional, asesorarlo recomendándole lo mejor; y a la ciudad histórica, abandonando pasados que ya no pueden ser, exigir lo que necesita para garantizar la seguridad de sus habitantes. El costo es apreciable y justificable, existirán ambiciones e intereses infinitos, pero el riesgo puede ser inmenso e irrecuperable, en mucho y para muchos. Los costos en seguridad siempre serán menores que los causados por errores prevenibles.

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