Columna


Cartagena/ Barranquilla

ÓSCAR COLLAZOS

30 de enero de 2010 12:00 AM

ÓSCAR COLLAZOS

30 de enero de 2010 12:00 AM

Un año después del primer “Hay Festival” en Cartagena, la Fundación La Cueva de Barranquilla concibió la idea de realizar en esta ciudad un Carnaval Internacional de las Artes. El “Hay” se ha realizado cumplidamente durante 5 años y el evento de Barranquilla cumple ya 4 de vida y jolgorio. Son dos grandes eventos culturales, celebrados al principio en fechas diversas, dos fiestas distintas y en muchos sentidos complementarias: el “Hay”, más austero, ha estado girando siempre alrededor de los libros, los autores y sus obras. Algunos de los escritores invitados han sido menos conocidos que otros, pero por sus escenarios han pasado grandes figuras de las letras contemporáneas. El Carnaval Internacional de las Artes ha estado haciendo lo suyo, perfeccionando su formato inicial: un poco de memoria cultural caribeña, otro tanto de irreverencia, un tris de nostalgia alrededor de viejos fetiches populares, reflexiones académicas y charlas disparatadas que, de repente, se ven adornadas por máscaras de burros, marimondas y caimanes. Este año, el Carnaval Internacional de las Artes hizo coincidir la fecha su realización con la de la fiesta cartagenera, obligando al público del país y la región a elegir entre dos escenarios. Es como si en dos plazas vecinas, una orquesta tocara boleros mientras otra interpreta guarachas. Esta decisión no le ha restado importancia ni público a los dos eventos, pero ha puesto a pensar en una rivalidad inexistente e innecesaria. El de Cartagena y el de Barranquilla son festival y carnaval que cuestan y deben contar con patrocinadores y socios estratégicos en la empresa privada, colaboración en entidades estatales y mucha difusión en los grandes medios de comunicación. Y lo han conseguido: Barranquilla y Cartagena son hoy noticia cultural en estos últimos días de enero. El sello deliciosamente provinciano de una y otra ciudad se ve modificado por el toque cosmopolita de sus invitados internacionales. El Hay Festival y el Carnaval Internacional de las Artes reciben a “provincianos” de otras partes del mundo y les modifican un poco su percepción de Colombia. Quizá regresen a sus países con menos lugares comunes y miedos en la visión de este país atravesado por conflictos tremendos. Comparados con los grandes eventos de las industrias del entretenimiento, el Hay y el Carnaval de las Artes son “minoritarios”, pues sigue siendo minoritaria la población que lee libros y desea ver o interrogar a quienes los escriben. Es incluso minoritaria la gente que va a escuchar reflexiones sobre el carnaval: es más abrumadora la gente que baila en la pista que la que toca en la orquesta. Sin embargo, esas “minorías” que el populismo señala con desprecio y el provincianismo desdeña mirándose el ombligo, son las minorías que sirven de locomotoras y arrastran después vagones más pesados de ciudadanos cultos y libres, menos atacados en sus dogmas y acaso menos solemnes con la vida. “Hablar mierda” y celebrar con humor e inteligencia siempre será más deseable que callar de resentimiento y matarse. *Escritor salypicante@gmail.com

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