Columna


Chávez: ¿loquito temperamental, o líder racional?

GERMÁN DANILO HERNÁNDEZ

11 de agosto de 2009 12:00 AM

GERMÁN DANILO HERNÁNDEZ

11 de agosto de 2009 12:00 AM

La percepción que tienen muchos colombianos sobre el Presidente venezolano Hugo Chávez, de ser un “loquito pintoresco y temperamental”, tuvo que haber cambiado un poco luego de la entrevista que éste concedió al Canal RCN el fin de semana pasado. Independientemente de si se comparte o no su ideología, personalidad o carisma, el “loquito” demostró ser un estadista, estratega y líder racional, coherente con su discurso, que corresponde a una doctrina y a unos intereses indiscutibles de su pueblo. Obviamente no se trata de un cambio radical del personaje. La imagen de él vendida a los colombianos obedece una estrategia que representa intereses de una corriente ideológica contraria, que gracias a la incondicionalidad de los grandes medios de comunicación, lo hacen aparecer como un “diablo” al que hay que acabar. Los medios proyectan sólo fragmentos de realidades y moldean la opinión pública con titulares e historias de televisión contadas en 30 segundos. La gran mayoría de la población sólo se entera de lo que deciden intereses superiores. Ocurre en casi todos los sistemas. Cuando se tiene la oportunidad de beber en otras fuentes de información se amplian horizontes de análisis frente a las realidades planteadas. La disposición de RCN de dedicar por primera vez un espacio amplio a la otra cara del conflicto binacional, tiene el merito de permitir a los colombianos conocer los argumentos de quienes muchos consideran el “enemigo”. A pesar del sesgo “nacionalista” de la entrevistadora, Chávez no sólo fundamentó la amenaza que representa para Venezuela la presencia incondicional de militares norteamericanos en bases colombianas, sino que desarticuló las supuestas pruebas con las que se pretende vincularlo con la guerrilla de las Farc, como parte de una estrategia imperial que buscaría la invasión de su país bajo la figura de “guerra contra el terrorismo”. No puede ser producto de la imaginación calenturienta de Chávez que los grandes yacimientos de petróleo de su país sean objetivo estratégico de una potencia imperial, que ha propiciado guerra fratricidas y sangrientas invasiones, persiguiendo el mismo fin. La orientación ideológica del gobierno venezolano, contraria a la unipolaridad mundial, es razón suficiente para que Chávez sea considerado un obstáculo y se busque eliminarlo a cualquier precio, como ocurrió y seguirá ocurriendo con otros líderes revolucionarios del Continente. La amenaza sobre Venezuela es real y no tiene que ver con la entrega de lanzacohetes destartalados e inactivos a una guerrilla decadente. Ante la eventualidad de una guerra absurda con ésta nación hermana, Colombia no tendría siquiera la condición de enemigo, sino de idiota útil. Aunque desautorizados por el Gobierno, el grupo Colombianos por la Paz hace lo que corresponde a una sociedad civil activa, propiciando la disminución de tensiones y haciéndole saber al mundo que no queremos la guerra. La decisión de Chávez de ordenar el regreso de su embajador a Bogotá, atendiendo la solicitud de ese grupo, debería interpretarse como una señal conciliadora y un mensaje de comprensión para con la causa venezolana, que merece ser atendido. *Trabajador Social y Periodista; Candidato a Magister en Lingüística; catedrático Universidad de Cartagena; Consultor en comunicaciones germandanilo@hotmail.com

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