Columna


Chile: democracia consolidada

ALEJO VARGAS VELÁSQUEZ

24 de enero de 2010 12:00 AM

ALEJO VARGAS VELÁSQUEZ

24 de enero de 2010 12:00 AM

El empresario Sebastián Piñera, al frente de la Alianza por Chile, una coalición de fuerzas políticas de centro derecha, acaba de ser elegido nuevo Presidente de Chile para los próximos cuatro años, derrotando a la coalición de centro izquierda, Concertación por la Democracia. Chile fue uno de los últimos gobiernos de autoritarismo militar en Suramérica que hicieron su transición a la democracia después de la derrota a Pinochet en el plebiscito de 1988, que implicó convocar elecciones democráticas en 1989; la coalición entre los partidos políticos Democracia Cristiana de centro y Partido Socialista denominada Concertación por la Democracia ganó, frente a candidatos de partidos de la derecha, todas las elecciones para Presidente hasta ahora. Los gobiernos de la Concertación fueron introduciendo reformas en la Constitución que les heredó el régimen de Pinochet y finalmente en el gobierno de Ricardo Lagos se hizo la gran reforma constitucional que eliminó la mayoría de los rezagos autoritarios. Pero los gobiernos de la Concertación no significaron la instauración de un autoritarismo de izquierda, o de una “dictadura del proletariado” como lo pregonaba el leninismo, sino un proceso de avance hacia la consolidación de la democracia en Chile, por ello el triunfo del candidato de la coalición de centro derecha debe leerse como un paso más en la consolidación de la democracia, porque una democracia no es solamente la realización periódica de elecciones para escoger gobernantes, sino estabilidad en las reglas del juego, pluripartidismo y posibilidad de alternación en el ejercicio del gobierno. Tampoco es acertado hablar de una lógica del péndulo en el sentido de que si a comienzos del decenio anterior se eligieron gobiernos de centro izquierda, ahora vendrían gobiernos de signo contrario. Ese comportamiento dependerá de diversas circunstancias y de las particularidades de cada país; así como en Panamá y en Chile se han elegido a empresarios, considerados de derecha, como nuevos Presidentes, en Uruguay eligieron un dirigente de la misma coalición de centro izquierda que actualmente gobierna. Es probable que el Presidente Piñera mantenga la política macroeconómica de los gobiernos de la Concertación, que ha dado excelentes resultados para la economía chilena, también la política social que ha contribuido a la reducción sustancial de la pobreza; su prioridad serán las reformas financieras. Es en política exterior en la región y especialmente frente a las posiciones del Presidente Chávez de Venezuela, donde seguramente se puedan plantear más diferencias; es previsible que el gobierno de Piñera confronte más esas posiciones en escenarios como UNASUR o el Consejo Suramericano de Defensa, con posiciones más cercanas a las del gobierno de Uribe en Colombia y Alan García en Perú, sin distanciarse de las de Lula, de Brasil. Como lo recalcaron el Presidente Piñera y el ex candidato Frei, lo que habrá será una “democracia de acuerdos” entre gobierno y oposición, no sólo porque esa ha sido la tradición chilena en varios campos los últimos tiempos, sino porque la composición del Congreso -con fuerzas muy equilibradas- requiere acuerdos para garantizar gobernabilidad. *Profesor Universidad Nacional

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