Columna


Colombia, otro país

AURELIO MARTÍNEZ CANABAL

04 de agosto de 2010 12:00 AM

AURELIO MARTÍNEZ CANABAL

04 de agosto de 2010 12:00 AM

La expresión se la escuché a un destacado dirigente industrial, durante el homenaje que los gremios empresariales del sector minero –energético le brindaron, hace un par de semanas en la capital de la república, al presidente Álvaro Uribe Vélez. Un encuentro que tuvo como motivación expresarle al jefe del gobierno saliente, el testimonio de agradecimiento por su acertada gestión, que ha permitido alcanzar el punto de florecimiento que ahora registran la minería, el sector de petróleo y gas, así como las actividades de la energía eléctrica y los biocombustibles. Estimo que no es exagerado ni reñido con la realidad nacional hablar de una Colombia distinta, al concluir los ocho años del gobierno Uribe Vélez. Estamos, sin duda, en un país mejor. Esto no significa, en modo alguno, que la totalidad de las ejecutorias de la administración nacional próxima a concluir merezcan la aprobación absoluta. Pero, es incuestionable que nuestra nación vive en la actualidad un clima de bienestar y progreso, que augura el logro de altas metas de desarrollo. Y así lo percibe la inmensa mayoría de los colombianos, que en un ochenta por ciento manifiestan su complacencia por la tarea ejecutada por Uribe Vélez. La recuperación de la confianza constituyó el acierto mayor, en los ocho años del gobierno Uribe Vélez. Un concepto tan subjetivo, como es la confianza, constituye el más valioso activo en el capital social. Con el retorno de la confianza, sustentada en el ejercicio pleno de la autoridad, se le dio vida a una nueva percepción de fe en los destinos nacionales. El incremento de la inversión, motor del buen cuarto de hora que vive la economía nacional, ha abierto nuevas perspectivas de avance para la sociedad colombiana. Es muy temprano todavía para asignarle un lugar en nuestra historia a Álvaro Uribe Vélez, como jefe del estado colombiano. Pero, es acertada la afirmación que se hace en la edición que está circulando de “Semana”: “Mientras la historia saca sus conclusiones, es justo reconocer que es un hombre de una gran personalidad que puso la vara muy alta a sus sucesores en tres aspectos: seguridad, capacidad de trabajo y conocimiento del Estado”. La estabilidad institucional y jurídica, y el manejo prudente macroeconómico, en unión de la seguridad en la defensa de vidas humanas y de los bienes materiales, han permitido el buen momento que experimenta nuestro país. Subsisten dificultades que habrán de superarse, como el desempleo y los desequilibrios que golpean a la sociedad colombiana. La administración Santos Calderón se inicia bajo los mejores auspicios. El gobierno saliente le deja el terreno abonado, especialmente en el componente económico. Los desafíos mayores estarán en el campo social y en las relaciones internacionales, comenzando con los vecinos de patio. Hay que tener una razonable esperanza sobre la buena conducción de las futuras labores oficiales, habida cuenta de la formación y experiencia que en las lides públicas ha tenido el entrante jefe del gobierno y por la acertada selección que ha hecho de su gabinete ministerial y de otros de sus inmediatos colaboradores. Al presidente Santos, antiguo cadete de la Escuela Naval de Cartagena, hay que desearle “buen viento y buena mar”. *Abogado Consultor en Minas e Hidrocarburos. marcan2@etb.net.co

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