Columna


Lo que se debería de hacer es tratar de traer lo más pronto posible a tanto secuestrado o retenido que sigue en carne propia, sufriendo lo que otros no padecen y los sacrifican en aras a demostrar quién es el más verraco. Del conflicto, que tampoco se quiere reconocer por lo que eso implica, pero que es una realidad, nadie habla para buscar las verdaderas soluciones y poder parar la guerra y decir que por fin estamos construyendo la paz. Igual, ambos quieren demostrar que tienen la razón, pero están equivocados. El país está bañado en sangre de colombianos sin que se vean esperanzas de que esto termine. Cada uno sigue con su cuento a su manera, y la mayoría de los colombianos, sintiendo cómo en la medida que pasa el tiempo, la degradación en muchos aspectos nos demuestra que hay que ponerle punto final a este manejo de la época del Oeste, donde todo se resolvía con los famosos y ya no recordados duelos a muerte. Todo lo que se imponga a través de las armas, dura el tiempo que ellas se muestren, de lo contrario, nadie quisiera saber nada de quienes lo imponen. Son falsas posturas que no demuestran sino la propia debilidad, la falta de propuestas inteligentes que logren llevar a un punto en donde todos se sientan cómodos, respetando a los conciudadanos, vecinos, amigos e incluso a aquellos que no piensan igual a uno. Esa debería ser la consigna, lograr que el respeto sea parte de nuestro vivir diario. Que lo principal sea lograr que todos vivamos, sin la dignidad arrebatada, ya durante tanto tiempo por aquellos que se creen los dueños de la verdad absoluta y que han logrado que la mayoría de los colombianos veamos un futuro muy incierto. Acá nada está ganado. Los unos y los otros se la juegan a ganar una guerra que como todas, no deja sino lesiones físicas y sicológicas irreversibles. ¿Será que cada muerto no deja familias con ganas de tomar partido en uno u otro lado? Eso está llevando a que la espiral de violencia sea cada día más grande. Ya todo el mundo se cree hasta con el derecho a señalar de una u otra cosa a aquel que se atreva a decir o proponer algo. La intolerancia hizo carrera y es patrocinada desde donde nunca se ha debido patrocinar. Es un error. El destino del país nunca podrá estar en manos de un solo hombre o mujer, nunca debemos permitir que el caudillismo se tome el país, como hemos visto, porque nos toca a todos cargar con los errores. Bienvenida toda propuesta que solucione de una vez el conflicto en Colombia. Qué bueno que con zona de despeje o sin ella, regresaran los que están en la selva sin su consentimiento, que no viviéramos más momentos de angustia y que por el contrario, todos empujemos para lograr posicionar el país en los caminos del progreso y desarrollo, y permitir que se viva con la dignidad que se exige. Que se permitan zonas especiales o no, no debería ser el tema, sino cuándo resolvemos el conflicto, sus causas, sus soluciones, para poder decir que en Colombia todo marcha como debe ser, y todos vivimos como Dios manda. Si para el Gobierno es un tema sin discusión, ojalá para todo aquel que quiera buscar soluciones reales, que esto no deje de ser sino un impase que se pueda superar. *Periodista, ex asesor de paz del gobierno Pastrana, ex facilitador del gobierno de Uribe para un acuerdo humanitario. lviveropaniza@hotmail.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS