Columna


Designaciones políticas, y algo más

EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ

30 de marzo de 2010 12:00 AM

EDMUNDO LÓPEZ GÓMEZ

30 de marzo de 2010 12:00 AM

Los candidatos presidenciales acertaron en la selección de quienes serían sus vicepresidentes. En verdad, son personas que se han ganado el prestigio de que gozan entre sus conciudadanos. Falta que la doctora Noemí escoja el suyo, pero si designare, por ejemplo, al doctor Juan Gabriel Uribe –quien figura en el sonajero-, también acertaría en cuanto se trata de un notable pensador político conservador, de la escuela de Álvaro Gómez Hurtado, pues así lo veo desde la otra orilla. Valga la introducción para referirme también a las designaciones que hiciera el candidato, doctor Santos, de los doctores Rodrigo Rivera y Carlos Rodado Noriega, uno como gerente de su campaña y otro como jefe de debate. Con Rodrigo Rivera, el aporte del liberalismo a la campaña del doctor Santos se fortalecerá, pues el joven dirigente interpreta el sentimiento mayoritario de las bases liberales, las cuales, en los últimos años, no compartieron la orientación que desde su dirección le diera a su colectividad el ex presidente Gaviria, y cuya última expresión se reflejó en encuesta reciente, en la cual apareció el candidato presidencial, doctor Rafael Pardo, apenas con un 4% de favorabilidad, cercano al margen de error que se calcula en esa clase de sondeos políticos. Eso constituye, ni más ni menos, la prueba de la crisis del PLC desde cuando el movimiento político que acompañaba al doctor Horacio Serpa entregó las riendas al ex presidente Gaviria en el II Congreso de Medellín, pues él –el doctor Serpa- era el llamado a asumir esas responsabilidades, y no el doctor Cesar Gaviria, quien –al examinar su gestión- se desempeñó como jefe de la bancada parlamentaria y no de las bases populares del Partido, con las cuales, en verdad, nunca entró en contacto. En relación con la designación del doctor Carlos Rodado Noriega, el acierto fue notable. Se escogió a uno de los dirigentes más brillantes del conservatismo colombiano, con prestigio bien merecido. La Costa Caribe lo ha tenido como uno de sus personajes más sobresalientes, y a quien, algunos de sus coterráneos, alguna vez, postulamos como candidato a la Presidencia de la República en representación de la región Caribe. Con esas dos designaciones, el candidato Juan Manuel Santos ha querido demostrar que su aspiración presidencial no se enmarca solamente dentro de los linderos del Partido de la U, sino que quiere contar con el apoyo de otras corrientes políticas y convertirse así en candidato multipartidista; propósito que interpreta certeramente el momento histórico de Colombia, sometida a desafíos que exigen la concurrencia de todas sus fuerzas en el manejo del Estado. No revivamos la época de monseñor Builes, el obispo sectario. La brújula política, en manos de quien resulte electo Presidente, debe conducir a celebrar acuerdos sobre lo fundamental, y a preservar la unidad nacional en que ha venido trabajando el Gobierno. Habrá que cerrar la brecha de las inequidades sociales y hacer causa común contra la corrupción, entre otros retos inaplazables, porque son muchos los que están por delante para salvar nuestra democracia de la hecatombe anunciada. *Ex congresista, ex ministro, ex embajador. edmundolopezg@hotmail.com

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