Columna


Distrito autónomo

VICENTE MARTÍNEZ EMILIANI

15 de febrero de 2010 12:00 AM

VICENTE MARTÍNEZ EMILIANI

15 de febrero de 2010 12:00 AM

Quiero reiterar un proyecto que de tiempo atrás se me ha convertido en iniciativa persistente: Cartagena es una ciudad distinta. Por eso debe tener un régimen político-administrativo diferente al del resto de las capitales de Colombia. Para preservar las huellas de su pasado, que está tejido por la conjunción de la historia y la leyenda, y para defender su presente y garantizar su progreso en el futuro, hay que darle instrumentos legales suficientemente idóneos para su desarrollo, pues no basta con que se canten, en prosa y en verso, su belleza y sus excelencias, mientras se pierden, silenciosamente, las oportunidades y se esfuman, más de un sueño y una esperanza. Hace muchos años que existe conciencia nacional de que Cartagena es la joya de la patria. El aserto se ha repetido hasta el fastidio. Nadie lo pone en duda. La ciudad, con protagonismo histórico incomparable, une a su creciente prestigio turístico su categoría de centro industrial de importancia. Síntesis más afortunada es muy difícil encontrar. Utilizada otrora como principio y fin de la ruta de los galeones, su terminal marítimo es hoy el más productivo de país. Y simultáneamente brinda a la curiosidad del viajero y del inversionista la múltiple condición de balneario, museo, plaza fuerte, complejo fabril y comercial y venero de mitos y de glorias. Por todas las razones anteriores Cartagena debe conseguir que el Parlamento, con la participación de los congresistas de la región Caribe, obtenga la designación de la ciudad como “Distrito Especial Autónomo”, independiente del departamento de Bolívar, con un Concejo que sea el único legislador local, y voceros propios en el Congreso de la República (Cámara de Representantes), al igual que Bogotá, a fin de que, con un Parlameno comprometido directamnte con la ciudad y conocedor de sus aspiraciones, le garantice la defensa eficaz de sus intereses. Y que el resto del departamento se quede con el nombre del Libertador. Es preciso cambiar el corazón del poder seccional. Carece de lógica que Cartagena siga siendo el eje de la existencia de Bolívar por múltiples razones. Entre ellas no es la de menos importancia el hecho de que su situación en una punta alejada de la larga geografía, sin facilidades de comunicación, le impide analizar con la debida atención, los problemas que agobian a más de treinta municipios perdidos entre caños, ciénagas y roquedales. El cambio de la capital de Bolívar hacia el centro de su geografía, facilitaría el conocimiento fácil y directo de las necesidades que afligen a la provincia olvidada para proceder a la búsqueda y aplicación de las soluciones reales y viables. Si convertimos a Cartagena, como lo merece, en Distrito autónomo e independiente, Magangué debe ser la capital. El centro del poder político y administrativo del a región hay que desplazarlo hacia el sur para que sea posible llenar los “desalentadores espacios vacíos” que se encuentran a lo largo de nuestro extenso territorio. Y Magangué reúne todas las condiciones para hacerlo. Cartagena tiene títulos sobrados para ser autónoma e independiente, con voceros propios en el Parlamento. No lo dudemos. Es el momento de la imaginación y de la audacia. Convirtamos la iniciativa en principal motivo de la atención ciudadana y parlamentaria. *Ex congresista, ex embajador, miembro de las Academias de Historia de Cartagena, y Bogotá, miembro de la Academia Colombiana de la Lengua. academiadlhcartagena@hotmail.com

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