Columna


El caso Stanford

MIGUEL YANCES PEÑA

30 de agosto de 2010 12:00 AM

MIGUEL YANCES PEÑA

30 de agosto de 2010 12:00 AM

Referenciado por Carlos Villalba en su columna del pasado 25 de julio, me interesé en leer “Imperio de papel” el libro de Gabriel Bauducco. Después de mucho buscarlo en el país finalmente pude comprarlo por Internet en amazon.com, y llegó a mi casa sin mayor demora y libre de aranceles e IVA, aunque encarecido por los fletes. Se trata de una confesión de uno de los captadores de dinero de la oficina del grupo Stanford en México (el hombre X), complementada con peguntas, cometarios críticos y conclusiones: una mirada retrospectiva sobre uno de los mayores escándalos financieros de los últimos años, que abre los ojos de las autoridades de control y de los inversionistas. Según el hombre X, a ellos, la fuerza de venta del grupo, se les hace una intensa capacitación en finanzas y en el arte de impresionar y seducir, que incluye la forma de vestir, las joyas y accesorios, el estilo de vida a seguir, y el lenguaje verbal y corporal que deben usar. A las apariencias de hombre exitoso, agreguémosle todo lo que es capaz de “inventar” un vendedor de productos financieros para ganar un cliente, cuando las comisiones son del orden de los 200 mil dólares al año (unos 30 millones de pesos mensuales). Quitándole la seducción y el engaño, el sistema no es malo. En todo proceso económico es inevitable que unos acumulen más dinero que otros. Y la misma actividad económica requiere de grandes sumas de dinero que sólo es posible logar mediante la unión de capitales. Así se encuentran –intermediados por los corredores (brokers)- el deseo de hacer rendir el dinero logrado –unos- y la necesidad de captar recursos para financiar las grandes empresas, otros. Ahora, algunos toman sus decisiones de inversión –se responsabilizan- y delegan la operación, pero otros simplemente entregan el dinero y esperan que la casa de corretaje logre los dividendos ofrecidos. Uno de los errores del grupo Stanford –según Bauducco- estuvo en ofrecer los rendimientos fijos más altos del mercado, en negocios de renta variable, lo que terminó convirtiéndola en una inmensa pirámide que requería de nuevos inversionistas para pagar compromisos adquiridos con los más antiguos. Cuando una intervención de la SEC (Security and Exchange Commission) hace visible el asunto, se crea el pánico económico; muchos inversionistas quieren al tiempo sus dineros, lo cual es imposible; pero hay que entregarlo so riesgo de incrementar el pánico. Se busca liquides malvendiendo activos, y se va a la quiebra. El libro destaca, tanto la angustia de los inversionistas, algunos de los cuales le habían confiado millones de dólares a Stanford; como la de los captadores que temían por sus vidas, y veían esfumarse la vida palaciega a la que se habían acostumbrado. Es un doble drama descrito por el hombre X, y magistralmente escrito por Bauducco. Frases destacadas: “Cuando ganas bien, es más cómodo no preguntar cosas todo el tiempo.” “Los medios son buenos para desinformar.” “Ahora quieren (la SEC) una cabeza de alce para justificar sus puestos.” “Si hubieras tomado sesiones de psicoanálisis, habrías abandonado los deseos de que todo el mundo te quiera.” “Atorarte en un pleito con medios de comunicación es complicado; sólo tienes una oportunidad para pegar y pegar bien…;” *Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe myances@msn.com

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