Columna


El enredo de la salud

CARLOS GUSTAVO MÉNDEZ

02 de agosto de 2009 12:00 AM

CARLOS GUSTAVO MÉNDEZ

02 de agosto de 2009 12:00 AM

El 24 de julio hubo un foro en Santa Marta en donde se debatieron las soluciones que necesita el sistema de salud, un sector enredado, que maneja un equivalente al 7,6 por ciento del PIB, en el cual el año pasado se gastaron unos 36 billones de pesos y que no obstante esta enorme cantidad de dinero, tiene múltiples falencias, aparte de que está inmerso en una grave crisis financiera, debida al desgreño, desfalcos, sobrecostos, afiliados fantasmas y a la judicialización de la salud (se habla de un POS judicial), la cual vía tutela ha abierto una tronera enorme. Los gringos dicen que no hay desayunos gratis, así que el desorden unido a la ilusión de tener un POS ilimitado, obtenido por las tutelas, ha tenido consecuencias en las finanzas públicas. María Teresa Forero de Saade, directora Ejecutiva de la Federación Nacional de Departamentos, dijo recientemente que, buena parte de los dineros presupuestados para la salud se han destinado a pagar medicamentos, exámenes y procedimientos no contemplados en el Plan Obligatorio de Salud del régimen subsidiado (POS). De otra parte, los balances de las EPS y aseguradores privados no son satisfactorios, como tampoco lo son los de los centros hospitalarios. Un reporte de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, señala que, a 31 de diciembre de 2008, entre el Estado y las EPS, les debían 3,2 billones de pesos, de los cuales 1,15 billones correspondían a deudas gubernamentales. De este último dato, el 75% corresponde a cartera de más de 60 días, de la cual las entidades territoriales adeudan 500.000 millones y el Fosyga 120.000. De otra parte, los usuarios se quejan por las largas esperas, la mala atención, la falta de empatía y de calidez humana de los profesionales, y la tramitología. Los médicos, a su vez, están insatisfechos por los salarios enanos y por los modelos de contratación, implantados por las cooperativas de trabajo asociado y algunas EPS, en los cuales se les vulnera su autonomía profesional y su dignidad, además de que están obligados a atender un número excesivo de pacientes, en desmedro de la calidad de la atención. Para enredar aún más este asunto el Gobierno ha tomado el dinero del Fosyga para invertirlo en TES. Por último, como si el sistema no estuviera herido de muerte, la Corte Constitucional (Sentencia T- 760 de 2008) ordenó unificar el Pos contributivo con el Pos subsidiado a más tardar el 1 de octubre de 2009 y universalizar la salud en enero del 2010 y el Gobierno dice que no tiene plata para hacerlo. El hecho es que 15 años después de la ley 100, la gente se queja de las EPS, por lo que muchos pacientes acuden a médicos particulares para resolver padecimientos menores; los trabajadores de la salud se sienten humillados y ofendidos por los salarios y las condiciones laborales; y muchos hospitales y clínicas están al borde del colapso. En fin, en mi concepto es una vergüenza que con tanto dinero la salud esté tan enredada. Probablemente se necesiten consultores externos para hacerle una reingeniería a todo este sistema kafkiano. Mientras esto sucede, creo que parte de la solución sería la creación de una gran EPS de capital mixto para el régimen subsidiado e implantar la práctica de la medicina familiar. *Directivo Universitario. Miembro de la Academia de la Historia de Cartagena. menrodster@gmail.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS