Columna


El túnel elevado

MIGUEL YANCES PEÑA

29 de noviembre de 2009 12:00 AM

MIGUEL YANCES PEÑA

29 de noviembre de 2009 12:00 AM

El paradigma de la estructura piramidal ha cambiado. En un buen equipo todos piensan, todos aportan ideas y entre todos construyen la solución. Ni siquiera a los funcionarios nacionales se les exige seguir al pie de letra los planes y políticas del Presidente: importan los resultados. Por eso no entendemos cómo una ligereza del Presidente, que venía de visitar las obras del túnel de La línea, impresionado favorablemente de ver lo que es capaz de hacer la ingeniería colombiana cuando se le brinda confianza y la oportunidad, y deseoso de reproducir el modelo donde quiera que pueda, origina tal grado de sumisión en un gobierno que no tiene porque reportarle al central, sino al pueblo cartagenero que lo eligió. Personas que dicen haber visto los planos afirman que ya no será un túnel subterráneo, sino un túnel semi superficial (elevado en el buen lenguaje), que sólo estará unos pocos metros bajo tierra y el resto será superficial, cubierto de arena, con lo cual quedará un promontorio de unos 800 metros de largo paralelo a la orilla del mar; como una duna de arena, o como una herida mal cicatrizada. ¡No puedo creerlo, pero eso dicen! Y a mí me asalta la preocupación que la mayoría de vehículos preferirá tomar la vía 70 que meterse por ese tubo oscuro, semi enterrado. Pero hay amigos de lo caro (los que reciben más de lo que ponen), y el túnel se dice que costará 150 mil millones (para arrancar), mientras que la carretera superficial, como está el resto de la vía, unos 30 mil incluyendo la recuperación de playas. Sin embargo, aunque fuera más económico el túnel que la vía superficial, se percibe como un proyecto injustificadamente absurdo, y tecnológicamente complejo: tamaña proeza para ocultar la vía unos cuantos metros, cuando hay varios kilómetros de vía superficial bordeando la playa. Alguien tiene que ser capaz de decirle al señor Presidente que su propuesta no fue factible, ni económica ni técnicamente, y que continuaremos la vía al mar por la superficie hasta empalmar la avenida Santander, como debe ser. O sin decirle nada, hacer lo que nos dicte la razón y el sentido común, y recordarle a la Alcaldesa que el alcalde no es Uribe, sino que somos todos los cartageneros, según el slogan de su campaña. Hacer circular que una decisión es irreversible, como ya se escucha en este caso del túnel elevado de Crespo, no es honesto. Debe tener sus ganadores que lo difunden. Afortunadamente, ya terminó noviembre, la fecha anunciada, y no arrancó. Todo se puede reversar, hasta el desafortunado puente Heredia (el nuevo) que ya con la mente serena lo vemos como provisional. Sólo se necesita voluntad y un poco de organización popular. Lo que sucede es que si a los vecinos de la calle 70, en el barrio de Crespo, se le plantean sólo dos alternativas: o el túnel o la vía 70, sin considerar la posibilidad de la vía superficial bordeando el mar, con tal que les desvíen el tráfico intermunicipal que embuten frente a sus casas, aceptarían lo que sea. Si lo que quieren hacer es un túnel y no saben dónde, ¿qué tal atravesar el cerro de la Popa para descongestionar la avenida Pedro de Heredia, o hacer uno por debajo de la Bahía para descongestionar el centro? Costoso sí, pero al menos no sería absurdo. *Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe myances@msn.com

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