Columna


En manos de incompetentes tipo Alfa

RUDOLF HOMMES

06 de diciembre de 2009 12:00 AM

RUDOLF HOMMES

06 de diciembre de 2009 12:00 AM

Un columnista del Financial Times se preguntaba la semana pasada qué tipo de banquero prest decenas de miles de millones de dólares a una empresa familiar cuyo proyecto bandera es construír y poblar una isla artificial en forma de palmera, del tamaño de Manhattan, con similares problemas de densidad, tráfico, y circulación. Si no respaldara este proyecto uno de los estados petroleros más ricos del mundo, nadie cuerdo justificaría ante algún comité de crédito una inversión así. Pero como se trataba de los Emiratos Árabes, el mundo financiero no vio las extravagancias y puso los proyectos de Dubai World, la constructora a cargo de estas inversiones, en un estado de “incredulidad suspendida”. Hasta la semana pasada nadie se preguntó si este tipo de proyecto: rascacielos, macro obras y aspiraciones del emirato, tenían sentido. Por muchos años metieron montañas de dinero en convertir un pedazo de desierto en otro Singapur. Después de que la compañía pospuso unilateralmente los pagos de su deuda, los principales órganos de comunicación del mundo financiero dicen que Dubai “se parece cada vez menos a Singapur y más a la Argentina”, siendo menos predecible. Y se preguntan si los que le metieron tanta plata a esos elefantes blancos son los mismos que causaron la crisis económica mundial. Evidentemente, siguen aferrados a sus posiciones, ganan bonificaciones multimillonarias y se oponen a cualquier reforma seria. Defienden su libertad para hacer bestialidades, pero les exigen al mundo pagar por los platos rotos. ¿Quiénes son estos personajes tan campantes? Comenzada la crisis, se comentaba que tenían personalidades dominantes, proclives a mangonear y tomar riesgos, excesivamente confiadas en sí mismas (“personalidades alfa”, que en biología son los animales dominantes en cada especie). Generalmente tienen mucha generación de, o exposición a, testosterona. También se cuestiona si este tipo de personalidad es el que se necesita, o si se requiere gente más calmada y capaz. Johan Coates, investigador de neurología de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, publicó la semana pasada el resumen de un estudio sobre el efecto de la testosterona en la habilidad de los inversionistas profesionales y comisionistas (“Alpha males must trade on more than machismo”. FT, 28.11.09). Encontró que los niveles altos de testosterona no tienen relación con la habilidad para generar ganancias por unidad de riesgo en las mesas de dinero, pero sí facilitan tomar mayores riesgos. La habilidad para generar ganancias por unidad de riesgo depende de la experiencia, capacidad de aprender en el oficio y de los sistemas de recompensa. Entre mayor la experiencia, mayor la productividad de los agentes; aprenden a manejar mejor el riesgo y ser más productivos cuando su compensación está vinculada a algún esquema de ganancia compartida, cuando sólo ganan si la unidad da utilidades. El esquema de recompensa con bonificaciones anuales que utilizan los bancos y banca de inversión, que no tiene en cuenta si la institución gana o pierde dinero, incita a mayores riesgos sin estimular el desarrollo de habilidades. El mundo financiero parece estar poblado por un exceso de tomadores de riesgo cuya habilidad para generar ganancias es cuestionable, que comprobaron ser capaces de generar pérdidas desmedidas.

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